VENERABLE FRANCISCO SIMÓN Y RODENAS
1914 d.C.
21 de agosto



   El padre Francisco de Orihuela (nombre que adoptó cuando se ordenó Capuchino) fue bautizado Francisco Ángel Primo Simón y Ródenas hijo de Primo Simón Pardo y Ana Ródenas Fernández, (debemos tener presente que Simón es su apellido paterno y no es su segundo nombre). Nació en La Aparecida, entre montañas de Orihuela, Alicante, en el reino de España, el 2 de octubre de 1849.

   En mayo de 1880 ingresó a la Orden Capuchina y a finales de 1891 llega a La Guajira (Colombia), donde se desempeña como Superior de la Casa de Riohacha. A partir de entonces se inicia su leyenda, pues recorrió a pie la Sierra Nevada así como la desértica península guajira. El entonces padre Francisco solía decir: "No cambio los trabajos de la Misión por la paz de los conventos".

   Por la ejemplarizante labor adelantada en La Guajira, el Obispo de Santa Marta Rafael Celedón lo nombra en la dirección del Seminario Diocesano de Santa Marta. Poco tiempo después remplaza a su mentor pues, en 1902 fue promovido Obispo de la Diócesis de Santa Marta donde creó un estilo nuevo de ser obispo.

   Era amigo y confidente de las personas poderosas, pero no olvidaba a los necesitados y solía decir que el primer necesitado era él, pues necesitaba mucho para los desposeídos. Con frecuencia visitaba los rincones más abandonados de su Diócesis donde sin saber como, lograba muchas cosas para los demás. Pronto los fieles empezaron a hablar sorprendentes intervenciones del señor Obispo Francisco.

  La gente comentaba que debía tener poderes. Le atribuían muchos hechos portentosos como el don de la profecía, el éxtasis, la discreción de espíritus, la bilocación y otras sensaciones. Vivía de limosnas, y el sueldo que percibía en razón de su cargo, lo distribuía entre los pobres.

   A comienzos del siglo pasado, cuando las comodidades modernas (como la luz eléctrica eran escasas o no existían y nos alumbrábamos con mechones), el imaginario popular mezclaba la realidad con cuentos de invento. Así surgieron muchas leyendas en torno al padre Francisco. Luego de la muerte del Obispo Francisco Simón y Ródenas (Obispo de 1904 a 1912), el Obispo Joaquín García Benítez (Obispo de 1917 a 1942) inicia los procesos canónicos de beatificación en las curias de Valencia y Santa Marta.

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(Samuel Miranda)