SAN GONZAGA GONZA
1886 d.C.
27 de mayo

San Gonza Gonza

   Gonzaga era hijo de un príncipe de origen Busoga y pertenecía al clan del Baisengobi Ngabi. En su juventud había sido capturado en razzia y se crió en casa de Tegusaga, herrero del rey, quien se ,lo ofreció como paje. Fue también paje de su hijo Mwanga y fue nombrado responsable de la custodia de los prisioneros de la corte. Era más bien pequeño, pero robusto y necio, de gran inteligencia y de mucha bondad. Su nombre era el diminutivo del nombre de su padre, Ngonzabato, que significa "amo a los pequeños".

   En 1881, un catecúmeno llamado Namulabria fue encarcelado, acusado de haber estado con una de las mujeres del rey. El verdadero motivo era que había bautizado a algunos catecúmenos que estaban em peligro de muerte a causa de una epidemia de peste bubónica.

   Gonzaga le prestó todos los servicios necesarios y le administró el bautismo antes de ser sometido al suplicio del fuego. Namulabira superó la prueba del fuego que confirmó su inocencia, pero siguió encarcelado. Su carcelero le permitía a veces salir por la noche para ir a la  misión, a condición de que cuatro de sus amigos se quedasen como rehenes hasta su regreso. Gonza era siempre uno de ellos.

   En aquellos momentos difíciles, Gonza había prevenido al misionero diciendo:
-Quizás nos encarcelen también a nosotros, pero poco importa, iremos al cielo.

   El P. Lourdel aconsejaba a los catecúmenos recitar el Padrenuestro para tener fuerzas en el momento de la prueba. Un día, Gonza preguntó a uno de sus compañeros:
-Masimbi, ¿has oído alguna ves estas palabras: "Padre nuestro que estás en los cielos?".
-Las he visto escritas en árabe y las sé de memoria-contestó Masimbi.
Gonza anadió:
-Si quieres rezar, mañana iremos a casa de los chicos (casa de los Padres).

   Al día siguiente los dos jóvenes fueron a ver a los misioneros. Gonza fue bautizado el 17 de noviembre de 1885, al día siguiente de la muerte de José Mukasa. Condenado a muerte, emprendió el camino hacia la colina de Namugongo, junto con los demás confesores. En Mengo, los verdugos ataron a todos los de su grupo con cadnas para que no pudieran escapar durante la noche.

   A la noche siguiente lo desataron, pero las cadenas de Gonzaga había penetrado en su carne, hinchándola de tal manera que fue imposible quitárselas. El pobre muchacho, con los tobillos ensangrentados, se arrastraban penosamente. Al llegar a Lubawo, los verdugos decidieron acabar con él. Había allí un cruce de caminos y los verdugos tenían costumbre de ejecutar allí a algún condenado. Gonza cayó al suelo atravesado por las lanzas. Los verdugos admiraron su valentía al ver que no había exhalado el menor lamento.

   Fue martirizado el 27 de mayo de 1886. Tenía 24 años. Ocho días más tarde, algunos cristianos pudieron recoger algunos mechones de su pelo. Todo lo demás había sido devorado por los buitres.

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(Samuel Miranda)