BEATO GUIDO DE SELVENA
1288 d.C.
4 de junio
Nació en Selvena (Grosseto,
Italia). Ingresó en los franciscanos y vivió una vida de mortificación,
de renuncia, de abnegación, de hambre, por el amor a todas las criaturas,
del prójimo y sobre todo de Dios y obrando milagros. Según
las crónicas y tradiciones escritas existentes en distintos conventos,
se dice que cuando todavía era novicio “mereció hablar dulcemente
con Cristo”.
Parece que después de pasar una temporada en Siena, fue llevado,
junto a otros jóvenes, ante la presencia del beato Pettinaio, para
que todos escucharan sus palabras sobre cosas espirituales y entonces narró
como se desarrollaron sus primeros coloquios con el Niño Jesús.
Por su gran devoción por Dios, se relata, que cuando
ya era anciano y enfermo, Dios le envió un gato que todos los días
cazaba en el bosque un pajarillo, de esta forma fray Francisco de Montalcino,
lo cocinaba y se lo daba a comer a su compañero. En aquella época
era su única comida. El mismo día en el que nuestro beato murió,
también lo hizo el gato que expiró a sus pies. Murió
en el convento del Colombaio (Seggiano).
La fecha de su muerte no es segura, se puede establecer el 21
de abril de 1287 o del 1288. Las gentes de Selvena, aunque no hay tradición
litúrgica sobre el beato Guido, lo respeta y mantiene cierta veneración
ante su posible tumba en la iglesia de San Bernardino del Colombaio. Los
mineros que antaño existían en la zona le adjudicaban el hecho
de no morir en la mina. Se festeja en el Calendario Franciscano.