HINDUISMO



   El hinduismo es la tradición religiosa predominante del subcontinente indio, y es la predominante en países como India y Nepal. Es la tercera religión más extendida en el mundo, con más de mil millones de fieles, tras el cristianismo y el islamismo.

   Originariamente la palabra proviene del idioma persa hindú, que era la manera en que los persas pronunciaban el nombre del río Sindhu (en español, el río Indo, que antiguamente era la frontera de Indostán). Según la Real Academia Española, la palabra en español proviene del francés hindou (/indú/).

   Se denomina «hinduista» a la persona que practica alguna de las religiones del hinduismo, pero también designa a quien forma parte de esa misma cultura.

   El hecho que la mayoría de la población de la India profesa el hinduismo, junto con el deseo de evitar la ambigüedad del gentilicio indio (usado también para designar a los indígenas del continente americano) explica que prácticamente desde su introducción al idioma español ―en el último tercio del siglo XIX― se haya usado también la palabra hindú para designar a los naturales de la India.

   Este uso extensivo de hindú es admisible en contextos en que no exista riesgo de confusión con su sentido estrictamente religioso. Generalmente se tiende a utilizar el término hindú e hinduista en su sentido de creyente en la religión hinduista, e indio como ciudadano de la República de la India (aunque esto genera confusión con los pueblos originarios de América, que son llamados indios).

   El hinduismo es mayoritario actualmente solo en tres estados del mundo: India (cuna del hinduismo y su tierra santa), donde son el 80,5 % de la población, Nepal con el 80 %, y la isla africana de Mauricio con el 48 %. Nepal era hasta hace poco el único Estado del mundo que reconocía al hinduismo como religión oficial. También son mayoría en la isla indonesia de Bali. Tras la independencia de India y la división del Subcontinente Indostaní en territorios de mayoría hinduista y musulmana, se formó el Estado de Pakistán para la población islámica, pero importantes minorías hinduistas quedaron remanentes. Tras la secesión de Pakistán Oriental (actual Bangladés), la antigua colonia británica quedó dividida en tres Estados. En Bangladés la minoría hinduista es mucho mayor que en Pakistán y se han suscitado violentos actos contra ella ―así como contra budistas, cristianos y animistas― prácticamente desde la independencia del país, hasta el extremo de haber desaparecido virtualmente de las estadísticas 3 millones de bengalíes, en su inmensa mayoría hinduistas desde 1971 (informe del Departamento de Estado de Estados Unidos llevado a cabo por el entonces senador Edward Kennedy) en lo que debe ser considerado el mayor genocidio llevado a cabo en décadas.

   También hay un número importante de adeptos hinduistas en Afganistán (donde durante el régimen talibán fueron forzados a usar un distintivo, como los judíos en la Alemania nazi), Bután, Birmania, Camboya, Indonesia, Malasia, Sri Lanka y Tailandia. En Occidente, hay hinduistas en casi toda Europa Occidental, siendo Gran Bretaña el que tiene la mayoría, y también son notables en Estados Unidos. Existen minorías hinduistas en muchos países latinoamericanos, muy notablemente en Panamá y Trinidad y Tobago.

   El número de hinduistas, dentro y fuera de la India, abarca a más de 800 millones de personas. En la India, los hinduistas son el 80,5 % del total de la población.

   Dentro del hinduismo como cultura existen el teísmo, el deísmo, el politeísmo, el panteísmo, el agnosticismo y el ateísmo. Así como un judío de cualquier nacionalidad se siente culturalmente judío (incluso si es ateo), el hindú se siente culturalmente hindú. Un budista hindú se diferencia de otro budista cualquiera por su cultura.

   El hinduismo está estructurado por varias religiones que son tan diversas como contrarias en sus formas. Dentro del hinduismo hay ideologías religiosas politeístas, monoteístas, panteístas, ateas (en sentido limitado, es decir, que pueden reconocer la existencia de realidades sobrenaturales), etc. De igual forma existe un conjunto de filosofías que abre un abanico de posibilidades. Pero a pesar de parecer una ideología politeísta, es netamente una religión monoteísta, donde cada semidios del panteón hinduista es la personificación de una de las potencias de un único Dios.

   El hinduismo carece de una doctrina única. Cada rama de dicha religión sigue la suya propia: los visnuistas adoran al dios Visnú (y creen que Krisná es su avatar); en cambio los krisnaístas adoran exclusivamente al dios Krisná, y consideran que Visnú es su avatar.

   En la doctrina vedanta esa suprema realidad es denominada Brahman, y se considera que es el aspecto original de Dios. Todos los demás dioses y seres del universo son su expresión, por lo que se le considera «principio del universo». Esta visión puede considerarse panteísmo o monoteísmo según el punto de vista.

   Los shivaístas creen en un solo dios, Shivá, y niegan la importancia de Brahmá y Visnú. Su visión monista del universo ha sido plasmada en los Shivá-sutras.

  Por otra parte, la doctrina samkhia de Kapilá es una filosofía profundamente atea y actualmente considerada ortodoxa.

   En el hinduismo hay diversidad de creencias, pero básicamente los hinduistas creen que detrás del universo visible (maia) ―al que atribuyen ciclos sucesivos de creación y destrucción― está el principio que sostiene el universo: Brahman, el Absoluto que, considerado a través del velo de Māyā, es Dios (Īśvara). Abandonar el ciclo de reencarnaciones (samsara) y retornar al principio divino, constituye el mayor de todos los logros para los hinduistas.

   Este dios puede ser considerado personal o impersonal. La adoración personal constituye el bhakti (la devoción), y la adoración impersonal implica gñana (la sabiduría).

   En la corriente hinduista impersonal, Dios es denominado Brahman. Todos los demás seres son su expresión, por lo que se le considera principio del universo. Esta visión puede ser llamada monismo. Hay que diferenciar que el Brahman impersonal es el aspecto no personificado de Dios, y es distinto de Brahmá, quien es el creador de este universo, pero no el Dios único. Brahmá es un alma encarnada muy elevada que ocupa temporalmente ese puesto dentro del mundo material, pero que puede caer de su lugar y ser reemplazado por otra entidad. Según la complejidad de cada universo, el Brahmá creador puede tener distinto número de cabezas pero ese número puede ser hasta mil.

   Una de las características principales del hinduismo es el variado concepto acerca de ishta dévata ([cualquier] deidad adorable), que reconoce que cualquier persona puede tener una concepción personal de la Divinidad, igualmente respetable, ya que Dios puede tener todas las formas, y finalmente las trasciende. De ahí la infinitud de representaciones de la Divinidad. Pero finalmente Dios es uno, aunque sus manifestaciones sean infinitas.

   En textos occidentales llegó a hacerse popular la tríada hinduista, llamada Trimurti (‘tres formas [de Dios]’: los dioses masculinos Brahmá, Visnú y Shivá), pero generalmente nadie adora a esa tríada. Muchos hinduistas adoran a la diosa Durgá (conocida por algunos por uno de sus aspectos como Kali), pero también a un gran número de otros dioses, incluidos dioses comarcales.

   Los hinduistas aceptan los textos sagrados Vedas, que abarca gran cantidad de textos antiguos.


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(Samuel Miranda)