LA SANTA IGLESIA CATOLICA
¿
Qué objetivo,
(se preguntaba el Papa León XIII), persiguió Cristo al fundar
la Iglesia?, ¿Qué se propuso? Una sola cosa: transmitir a
la Iglesia, para continuarlos, la misión y el mismo mandato que Él
había recibido de su Padre.
Estos textos son eco directo de la Sagrada Escritura:
Juan 17,18; 20,21; Mateo 28,18-19; Lucas 10,26; 1 Corintios 5,20.
Cristo es la cabeza y constituye la salvación;
la Iglesia es su Cuerpo, y constituye su culminación. Su papel consiste
en comunicar a los hombres esa salvación ya conseguida definitivamente
por Cristo.
La Iglesia es ese Cuerpo que debe crecer hasta alcanzar
su talla adulta (Efesios 4,13) y convertirse en el Cristo total, y que debe
extender el Reino hasta los confines del mundo.
Etimológicamente, Iglesia significa reunión,
congregación de personas, y católica significa universal.
ORIGEN DE LA IGLESIA
Toda la vida de Jesucristo estuvo orientada a fundar
su Iglesia. Pueden en ella distinguirse los siguientes momentos:
1.-Preparó su fundación instruyendo a sus discípulos
y a sus Apóstoles durante tres años, haciéndoles aptos
para la predicación de su doctrina.
2.-Fundó la Iglesia cuando, después de haber instruido
a un número amplio de discípulos (Lucas 6,17; 19,37-39),
de entre ellos elige a doce "para que estuvieran con él y para enviarlos
a predicar" (Marcos 3,13-14).
En efecto, el Señor les escoge para que:
Convivan con Él: ésta era una característica
de todo discípulo rabínico, ya que el aprendizaje de la Ley
era una sabiduría práctica que se adquiría contemplando
actuar a los maestros. Él Señor:
--Les instruye acerca de los misterios del Reino (Marcos 4,10-11).
--Les descubre el sentido de las parábolas (Marcos 7,17).
--Les enseña aparte (Marcos 6,31), estableciendo una neta diferencia
entre ellos y los demás (Marcos 9,28-30).
--Les revela el futuro de Jerusalén y el comienzo de la nueva
era (Marcos 13,3ss) y sobre todo, el misterio de su Pasión y de
su Muerte (Marcos 8,31; 9,30; 10,32).
En vistas al apostolado: por eso les llama Apóstoles
(Lucas 6,13). El Señor les dará la misión de predicar
su doctrina por todo el mundo, confiriéndoles el triple poder de
enseñar, santificar y gobernar a los fieles (Mateo 28,18).
Como la jerarquía de los Apóstoles necesitaba
un principio de unidad estable, una cabeza que rija, gobierne y mantenga
unida a la grey, "para que el episcopado fuese uno solo e indiviso, estableció
al frente de los demás Apóstoles al bienaventurado Pedro"
(Cont. Lumen Gentium, n.18).
3.-Constituyó definitivamente a la Iglesia en la Cruz. Santificándose
por su pueblo, el Siervo de Yavhé sella con su sangre la nueva y
definitiva alianza entre Dios y los hombres, constituyendo a su Iglesia
como realidad eficiente de salvación (acontecimiento de gracia) y
como sacramento eficaz para conseguir esa salvación.
Su Resurrección es el nacimiento de la Iglesia
porque por ella el Sacrificio de la Cruz aparece como la realización
del designio de Dios sobre el mundo "¿no era acaso necesario que
el Cristo padeciera esas cosas para entrar en su gloria?" (Lucas 24,26).
La entrada en la gloria, la Resurrección, constituye la inauguración
del Reino.
EL TIEMPO DE LA IGLESIA: PENTECOSTES
Los Apóstoles comenzaron a cumplir la misión
que Cristo les confió el mismo día de Pentecostés,
con éxito tan admirable que San Pedro convierte ese día a
3,000 personas con su primera predicación (Hechos de los Apóstoles
2,41), y más adelante a 5,000 con la segunda (Hechos 4,4).
Luego los Apóstoles se esparcieron por todo el
mundo, e iban fundando comunidades cristianas donde predicaban. Estas comunidades
eran regidas por Obispos consagrados por ellos, y estaban unidas entre
sí por una misma fe, unos mismos sacramentos y un mismo jefe común:
San Pedro y sus sucesores.
CUALIDADES DE LA IGLESIA: VISIBLE, PERPETUA, INMUTABLE E INFALIBLE
Jesucristo quiso que adornaran a su Iglesia cuatro cualidades;
que fuera visible, perpetua, inmutable e infalible.
1.-Su visibilidad consiste en que es una sociedad visible y exterior.
En efecto, Jesucristo:
a) Estableció un signo visible para entrar a ella: el bautismo.
b) Puso a su cabeza autoridades visibles: San Pedro, los demás
Apóstoles y sus sucesores.
c) Le procuró medios exteriores de santificación: la
predicación, los sacramentos, la obediencia a la autoridad.
2.-Su perpetuidad consiste en que perdurará siempre, pues tiene
la promesa de Cristo: "Yo estaré con vosotros hasta el fin de los
siglos" (Mateo 28,20).
3.-Su inmutabilidad consiste en que ha conservado y conservará
invariable el tesoro que recibió de Cristo, a saber: el dogma,
la moral y los sacramentos.
4.-Su infalibilidad consiste en no poder errar en asuntos pertinentes
a la fe y a la moral.
La infalibilidad es necesaria a la Iglesia porque Dios
asoció la salvación a la pertenencia a la Iglesia: "el que
creyere y se bautizare, se salvará" (Marcos 16,16). Pero si la Iglesia
pudiera errar, ya no sería garantía absoluta de salvación,
lo cual repugna a Su Sabiduría.
LAS NOTAS DE LA VERDADERA IGLESIA: UNA, SANTA, CATOLICA Y APOSTOLICA
Fuera de la Iglesia Católica hay dentro del cristianismo
algunas otras iglesias, las principales son las protestantes y las cismáticas.
Para distinguir la verdadera Iglesia de las que no lo son, podemos acudir
a cuatro notas, que la caracterizan, señaladas por el mismo Jesucristo.
La verdadera Iglesia debe ser una, santa, católica
y apostólica.
a) Debe ser una, porque Jesucristo no quiso fundar sino una sola Iglesia
con una sola doctrina y un solo jefe (Mateo 16,18; Juan 10,16; Mateo 12,25).
b) Debe ser santa, porque Cristo la fundó para santificar a
los hombres (Efesios 5,27).
c) Debe ser católica, porque Cristo la estableció para
todos los pueblos y para todos los tiempos (Mateo 28,19; Hechos 1,8).
La expresión Iglesia Católica (universal
aparace por primera vez en San Ignacio de Antioquía y ya en el
siglo VI se ha convertido en nombre propio de la Iglesia.
d) Debe ser Apostólica, ya que si la catolicidad nos presenta
la presencia de Cristo en todo el mundo, la apostolicidad nos habla de su
continuidad a través de los siglos. La Iglesia es Apostólica
porque todos sus elementos esenciales proceden de Cristo a través
de los Apóstoles, y están garantizados por una sucesión
ininterrumpida hasta el fin de los tiempos. La apostolicidad es uno de los
argumentos más utilizados para mostrar la legitimidad de la misión
de la Iglesia.
Esta continuidad profunda de la Iglesia a través
de los siglos constituye uno de los signos más claros de la asistencia
divina.