IGLESIA DE LA MODIFICACIÓN CORPORAL
Secta



   Una escuela del estado de Carolina del Norte cuyo reglamento prohíbe los piercings faciales, le permite a una estudiante asistir a clase con uno en la nariz, porque es parte de su “fe religiosa“.

   Ariana Iacono, de 15 años, logró revocar la sanción que se le había impuesto alegando que la perforación refleja sus creencias religiosas como miembro de La Iglesia de la Modificación Corporal. ¿Iglesia de la Modificación Corporal? Sí. Increíble pero cierto. Existe en Estados Unidos una Iglesia que venera la Modificación del Cuerpo.

   Según sus estatutos, el propósito de la iglesia creada por Aric Chamberlain, es “modificar la sociedad y llevarla de vuelta a sus olvidadas raíces espirituales”. No adoran a ningún dios específico, pero invitan a creer que a través de la modificación corporal podemos acercarnos a nuestro verdadero yo.

   Su dogma incluye el honrar todas las formas de modificación corporal para mantenernos espiritualmente sanos. Con “modificación del cuerpo“, se refieren a perforaciones, tatuajes, escarificaciones, implantes bajo la piel e incluso a prácticas más agresivas como la suspensión corporal, caminar sobre el fuego y todos aquellos rituales que pongan a prueba y superen los “límites de la carne y el espíritu”.
Si bien la iglesia no tiene sede, posee lideres religiosos. Al momento cuenta con cinco Ministros que se distribuyen en los estados de California, Nueva York, Carolina del Norte y Virginia, e invita en su pagina web a aplicar para el cargo a través de un formulario que incluye un código de ética para líderes espirituales.

   Queda la duda de si esto es real o si es una herramienta de defensa para quienes por sus modificaciones son víctimas de discriminación laboral o escolar. La Constitución estadounidense considera una violación de derechos constitucionales el despido a causa de la afiliación religiosa y de esta forma la iglesia se transformaría en un escudo legal. De todos modos, en su sitio web aclara: “Nos tomamos nuestras creencias y prácticas en serio. Si una persona intenta unirse a la Iglesia como una estrategia para obtener protección jurídica, no será aceptada”.

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(Samuel Miranda)