SANTA ISABEL DE PORTUGAL
1336 d.C.
4 de julio
Nació en Zaragoza.
Hija de Pedro III de Aragón y de Constanza, hija de Manfredo rey de
Sicilia. Nieta de Jaime I el Conquistador y sobrina nieta de santa Isabel
de Hungría, que fue su modelo y por quién llevó el nombre.
A los doce años fue desposada con el rey Dionis de Portugal de quién
tuvo dos hijos: Constanza, futura reina de Castilla, y Alfonso, sucesor de
su padre en el trono de Portugal. Soportó con paciencia la ira y las
infidelidades de su marido; en contrapartida Isabel educó con afecto
los hijos ilegítimos de Dionis; le demostró su fidelidad en
un terrible "juicio de Dios" y le asistió solícitamente en
la muerte (1325). Isabel se propuso convertir su matrimonio en su camino
de santificación. Consideró su condición de reina como
una obligación de dar el más alto ejemplo de vida cristiana.
En medio del esplendor de la Corte, llevó una vida austera y mortificada,
entregada a la piedad y a la vida interior y procurando servirse de su corona
para hacer cuanto bien estuvo de su parte.
Tuvo que presenciar como su hijo Alfonso guerreaba contra su
padre; fue denominada "Reina Santa" y "Reina de la Paz" al conseguir la pacificación
del reino entre los partidarios del hijo y del padre, aunque durante las
hostilidades fue acusada de favorecer a su hijo y por ello se la desposeyó
de todos sus bienes y arrojada de palacio y desterrada a la ciudad de Alemquer,
no volvió hasta que logró la reconciliación definitiva.
Durante su reinado se dedicó a los más desfavorecidos, fundando
casas de beneficencia, un hospital para enfermos pobres, una casa para mujeres
recogidas, un orfanato para niños abandonados... Ella misma atendió
a todos. Su marido, al morir, reconoció sus errores, y le pidió
perdón por todo lo que la hizo sufrir.
Al enviudar hizo una peregrinación a Santiago de Compostela.
Se hizo Terciaria franciscana, porque no se le permitió, a causa de
las luchas internas en su familia, entrar en el convento de Santa Clara en
Coimbra, fundado por ella. Vivió, empero, junto al monasterio y albergó
en su casa a un grupo de clarisas, con las cuales practicaba la vida monástica
y el cuidado a los pobres y necesitados, y fundó un hospital que llamará
de Santa Isabel de Hungría. De vuelta de su segundo viaje a Compostela
en el 1336, se prodigó para pacificar a su hijo Alfonso, en disputa
con el rey de Castilla, Alfonso XI, su nieto; pero le atacó una fiebre
mortal en el camino que segó su vida a los sesenta y cinco años.
En su muerte vio a la Inmaculada Concepción que se le acercaba, de
tal manera que se le ha considerado precursora del dogma. Anteriormente había
dedicado a María Inmaculada una iglesia en Lisboa. Murió en
Estremoz. Su cuerpo incorrupto está enterrado en el monasterio de
Santa Clara de Coimbra. La canonización tuvo lugar en 1626.