INOCENCIO II
1130-1143 d.C.
Los cardenales eligieron
a Gregorio Papareschi, cardenal de Sant' Angelo. Pero el partido de los Pierleoni
impuso la elección del antipapa Anacleto II. Inocencio II tuvo que
refugiarse en Francia, donde el concilio de Estampes encargó a San
Bernardo la defensa de la legitimidad papal.
Las Iglesias de Castilla y León, de Francia, Inglaterra
y Alemania reconocieron a Inocencio. A Anacleto sólo le reconocían
el duque de Aquitania y el conde de Sicilia. En 1133 los alemanes acompañaron
a Roma a Inocencio, donde el Papa coronó a Inocencio III. Como siempre
sucedía en estas ocasiones, el regreso del emperador a Alemania provocó
el levantamiento de la facción rival y el retiro del Papa hacia el
norte.
Apoyado por San Bernardo, el Papa reunió un concilio
en Pisa y excomulgó al antipapa. El duque de Aquitania reconoció
también a Inocencio, merced a los esfuerzos de San Bernardo. Inocencio
pudo regresar a Roma, pero el partido cismático, apoyado por Roger
de Sicilia, logró elegir otro antipapa, Victor IV, al que nadie podía
amenazar realmente, ya que el emperador había fallecido en 1137.
Los príncipes alemanes eligieron a Conrado III de Hohenstaufen,
rival de Enrique de Baviera. Alemania estaba dividida entre dos partidos,
cuyas luchas habían de influir en la historia de Roma y de toda Italia.
Al partido de la casa de Baviera (los Welfen) corresponderán en Italia
los güelfos, al de los Hohenstaufen (que poseían un castillo en
Suabia, llamado Waiblingen), los gibelinos.
Por su actitud antipapal, los Hohenstaufen y sus Waiblingen,
o gibelinos, fueron formando el partido imperial; los güelfos, apoyados
por la casa de Baviera, se agruparon alrededor del Papa. Las grandes familias
romanas e italianas en general pertenecían al uno o al otro partido.
Dante fue gibelino, la familia Frangipani era güelfa.
En 1139, Inocencio reunió un concilio en Letrán,
condenó el cisma de Anacleto y confirmó los cánones en
contra de la simonía, a favor de la tregua de Dios, establecidos por
el concilio precedente, y excomulgó a Roger de Sicilia.
El Papa tenía en Roma un nuevo adversario, Arnaldo
de Brescia, orador elocuente, discípulo y amigo de Abelardo, y promotor
de un movimiento republicano cuyo fin era la transformación de Roma
en un estado libre, completamente separado de la autoridad papal. El modelo
de Arnaldo y el ideal de sus discípulos era la antigua Roma republicana.
Esta peligrosa línea política inaugurada por Arnaldo tendrá
una dramática continuación.
Cola di Rienzo volverá a agitar a los romanos, a mediados
del siglo XIV; Stefano Porcaro proclamará la independencia de Roma
en el siglo XV, y Mazzini en el XIX. El movimiento de los municipios libres
favorecía tales sueños y las ruinas de Roma testimoniaban la
gloria del pasado. En 1143, una revolución estallaba en Roma, y el
Senado tomaba actitud en contra de Papa.
Bula Omne Datum Optimum