INOCENCIO VI
1352-1362 d.C.
El pontificado de Esteban
Aubert empezó bajo los buenos auspicios de una profecía de
Santa Brígida que decía: "Su buena voluntad sustituirá
sus acciones y será recompensada". Sin embargo, la buena voluntad
no bastaba para poner orden en el Sacro Colegio, que dominaba en Aviñón
y deseaba someter por completo la voluntad del Pontífice a la de los
Príncipes, cuyos representantes interesados eran los cardenales.
El partido francés dominaba a los demás. El Papa
pensó preparar el terreno para poder volver a Roma, y fue ésta
la principal misión que encargó al cardenal Albornoz, fundador
del Colegio Español de Bolonia. Pero Inocencio VI falleció
antes de emprender el viaje de regreso a la Ciudad Eterna, sueño de
los Papas y también del pueblo romano, víctima éste
de las familias rivales de los Colonna y de los Orsini.
En 1354, el año en que Rienzo acababa en el Tíber
sus ideales de grandeza, el escritor Giovanni Boccacio se encontraba en Aviñón
en calidad de embajador de Florencia. La ciudad del Arno preparaba, entre
sus solinas evocadoras y armoniosas, aquel salto hacia la perfección
que hizo de ella la heredera de Atenas.