Su nombre de nacimiento era Michelangelo Conti. Pertenecía a la familia aristocrática de los Conti di Segni que desde el siglo XII había dado varios papas y cardenales. Fue hijo de Carlo II dei Conti di Segni, duque de Poli, y de su esposa Elisabetta Muti.
Estudio en los jesuitas de Ancona y más tarde en el Collegio Romano. Se doctoró en derechos civil y canónico en la Universidad La Sapienza de Roma.
Desempeñó
diversos cargos civiles a partir de 1690 cuando cumplió una misión
protocolaria ante la República de Venecia. Fue nombrado referendario
de la Signatura Apostólica y gobernador de las ciudades de Ascoli
Piceno y Frosinone (1691), comisario general contra banditos de los
Estados de la Iglesia (1692), gobernador de la provincia de Campania (1692)
y de la ciudad de Viterbo (1693).
En 1695 fue
consagrado arzobispo titular de Tarso y nuncio apostólico en Lucerna,
actual Suiza. Tres El 7 de julio de 1706 fue creado cardenal
presbítero, y cinco años después se le asignó
el título de Ss. Quirico e Giulitta. Antes, en 1709, había
sido nombrado obispo de Osimo con el título ad personam de
arzobispo. En 1712 fue trasladado a la sede arzobispal de Viterbo y Toscanella,
cargo al que renunció por enfermedad en 1719.
A pesar de su
precario estado de salud, a la muerte de Clemente XI fue elegido papa. Era
el 8 de mayo de 1721. Manifestó querer ser llamado Inocencio en honor
del gran papa Inocencio III (1198-1216), primer sumo pontífice de
su familia. Diez días después de su elección fue coronado
por el cardenal Benedetto Pamphilii, protodiácono de S. Maria in
Via Lata.
Poco después de su elección, corroboró el acuerdo del tratado de Utrecht que otorgaba al emperador Carlos VI el reino de Sicilia, feudatario de la Santa Sede. En 1723, sin embargo, se opuso tenazmente aunque sin éxito a la decisión imperial de otorgar los ducados de Parma, Piacenza y Guastalla, también feudatarios papales, al príncipe Carlos de Borbón-Anjou.
Igual que su entecesor, prestó apoyo al pretendiente Jacobo III, hijo del destronado Jacobo II Estuardo, prometiéndole una subvención de 100.000 ducados para el caso de que intentara recuperar el trono inglés por la fuerza de las armas. También socorrió económicamente a la República de Venecia para proteger la isla de Malta ante la amenaza otomana.
En la disputa entre dominicos y jesuitas por el asunto de las misiones en China, no sólo siguió la causa de los primeros,sino que prohibió a la Compañía de Jesús la admisión de nuevos miembros. Esta indicación de sus simpatías animó a siete obisposUnigenitus de Clemente XI (1713) por la cual las ideas del jansenistaPasquier Quesnel, enemigo frontal de los jesuitas, habían sido condenadas. Inocencio XIII no sólo rechazó la petición, sinó que exigió la escrupulosa sumisión a la bula. franceses a formularle la petición para derogar la bula
En relación
con lo que antecede y a pesar de ello, Inocencio XIII sucumbió
a las presiones francesas de elevar (1721) al cardenalato presbiterial a
Guillaume Dubois, obispo de Cambray y primer ministro
de Luis XV, quien se había distinguido en la fustigación del
jansenismo pero que era un hombre de notorias costumbres depravadas. Con
todo, Dubois no llegó a ser investido ni
a recibir título alguno, puesto que falleció dos años
después sin haber atendido las exhortaciones del papa para reformar
su vida disipada.