SAN ISAAC "EL DÁLMATA"
383 d.C.
30 de mayo
Se dice que era natural de
Siria. Sobre su juventud no hay reseñas, lo que se sabe es que hizo
vida eremítica en una pequeña choza en el desierto fuera de
Constantinopla. En el 378, cuando supo que el emperador Valente había
caído en la herejía arriana y perseguía a los cristianos
ortodoxos, Isaac fue a la ciudad imperial para enfrentarse con el Emperador.
En este momento, Valente estaba preparando la campaña militar contra
los godos. Después de varios intentos de Isaac de disuadirle que no
persiguiera a los cristianos que profesaban la fe de Nicea, le profetizó
que “moriría entre las llamas” por sus malas acciones.
El Emperador ordenó el encarcelamiento de Isaac y lo
condenó a muerte, pena que se ejecutaría a su regreso de la
batalla. El 9 de agosto del 378, Valente fue derrotado en la batalla de Adrianápolis
y murió en un incendio tras refugiarse en un granero.
El sucesor de Valente, Teodosio I, por mediación de Isaac,
prohibió el arrianismo y reabrió las iglesias cerradas. Isaac
quería regresar a su vida eremítica en el desierto, pero un
rico aristócrata, llamado Saturnino, construyó en Constantinopla
un monasterio, del que Isaac fue nombrado hegúmeno. Isaac también
es conocido como el celoso defensor de la fe en el II Concilio Ecuménico
de Constantinopla del 381. Al final de su vida, confió la dirección
del monasterio a su discípulo san Dalmacio. Isaac murió en
el monasterio con fama de santidad. Es un santo canonizado por la Iglesia
Ortodoxa.