VENERABLE JOSÉ BARTOLOMÉ MENOQUIO
1823 d.C.
25 de marzo



   Nacido en Carmagnola en el Piamonte 19 de marzo 1741, se convirtió en religiosa entre los Agustinos de la Marche. Fue ordenado sacerdote en 1764. Inicialmente se le dio la enseñanza teológica; a continuación, después de haber entendido las necesidades pastorales de la época y la necesidad de una más inmediata, se dedicó al apostolado de la predicación popular, acquistandosi fama del "santo predicador" y un hacedor de milagros. El hombre de profunda oración, la penitencia era el medio ordinario para obtener de Dios la conversión de los pecadores. 

   En 1796 fue nombrado obispo coadjutor de Reggio Emilia; pero poco después fue expulsado de la ciudad como "extranjera" por los ocupantes franceses. Durante cuatro años, luego Mons. Menochio jugó un incansable ministerio episcopal en la diócesis de las Marcas, ya que permanecieron privados de sus pastores debido a la ocupación francesa. Llamó al cónclave de Venecia como un sacristán pro-papal, en 1800 fue elegido por el recién elegido Pío VII como sacristán y su confesor. A partir de ese año hasta su muerte permaneció junto al Papa, compartiendo las dificultades y ansiedades. 

   Estimado por el Papa como odiada por Napoleón, se enfrentó a los grandes eventos en que se encontraba mezclado con fuerza y ​​consistencia, haciendo un servicio fiel y valioso para la Iglesia.
 Desde que había acompañado al Papa en 1804 en París para la coronación de Napoleón en la figura de Notre Dame humilde pero valiente fraile agustino fue inmortalizado en un cuadro famoso, donde su hábito negro está en marcado contraste con el oro se viste brillante corte. La deportación de Pío VII en Francia (1809-1814) no se le permitió seguir al Papa. Se quedó en su casa en Roma, en el palacio del Quirinal, ocupada por las tropas francesas, odiados, pero respetados. Él se negó a tomar el juramento de fidelidad y era sordo a las tensiones y presiones que se hicieron sobre él para convertir a la causa del Emperador. En la confusión de ese momento fue uno de los pocos puntos de referencia seguros de la Iglesia Romana. 

   Él vivió los últimos años de su vida al servicio de amor al Papa, ayudando a muchos religiosos y dirigir espiritualmente a los monasterios de la ciudad.
  Era amigo de b. Stefano Bellesini (1774-1840), a quien le encantaba reunirse con él su novizi.Muore en Roma 25 de marzo 1823.  Está enterrado en la iglesia de San Agustín en Roma.  El 14 de mayo 1991 Juan Pablo II firmó el decreto sobre sus virtudes.

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(Samuel Miranda)