JUAN IV
640-642 d.C.
El sucesor
de Severino pudo ser consagrado desde el 24 de diciembre. Moriría dos años
escasos más tarde: el 12 de octubre del 642.
Las disputas acerca del monotelismo llenaron este breve pontificado. Juan
IV, en una carta al emperador, tomó la defensa de su predecesor y condenó
abiertamente el monotelismo.
Tales preocupaciones inmediatas no le impidieron sin embargo estar muy
pendiente de la Iglesia en Irlanda, respecto al día de la celebración de la
Pascua y a la doctrina de la gracia. Y se volcó sin medida en el rescate
de los cristianos cautivos de los ávaros.
(Samuel Miranda)