JUAN VI
701-705 d.C.
Los romanos
tenían que estar satisfechos de los papas griegos que venían eligiendo desde
hacía casi un cuarto de siglo. Consecuentes con lo que ya empezaba a ser tradicional,
se fijaron en esta ocasión en Juan VI, consagrado el 30 de octubre del 701.
El nuevo pontífice hizo honor a sus orígenes oponiéndose a Apsimer, que
había usurpado el trono imperial bajo el nombre de Tiberio III, así como
a su exarca Teofilacto, que le representaba en Italia. Contra este último
contó con la ayuda de la milicia italiana.
En la Campania, los lombardos saqueaban sin miramientos. El papa no dudó
en recurrir al patrimonio de la Iglesia para pagar a su jefe, Gisulfo de Benevento,
todo lo que pidiera, con tal de que pusiera término a sus rapiñas.
Todas aquellas preocupaciones no impidieron que Juan -como sus predecesores-
siguiera muy de cerca los destinos de la Iglesia de Inglaterra. En el año
704, por ejemplo, impidió que el arzobispo de Canterbury dividiera el obispado
de York, tal como deseaba.
Juan VI murió en Roma el 11 de enero del 705.
(Samuel Miranda)