VENERABLE JUAN BAUTISTA CIONI
1623 d.C.
31 de marzo



   Juan Bautista Cioni nace en Lucca el 11 de noviembre de 1556, era de gran virtud y simplicidad. Manifestó desde muy pequeño su amor a Cristo y a la Iglesia, a través de la oración y penitencia. Realizó sus primeros estudios con el Padre Francisco Bernardini, quien además era su confesor. Después continúo estudiando la filosofía, con nuestro Padre Juan Leonardi, en la Iglesia de la Magione de los Caballeros de Malta.

   Tenía una gran amistad con Jorge Arrighini., con quien prometió estar siempre unido, y además, el consagrarse ambos al Señor. Bautista Cioni y Arrighini intentaron ingresar, primero, a ser parte de los Dominicos, y posteriormente, a los Capuchinos. Sin embargo no fueron aceptados en ninguna, por lo que Juan Bautista, por sugerencia de su confesor se dirigió al Padre Juan Leonardi.

   Recibe su hábito clerical el día 1º de septiembre de 1574 (día fundacional de la Orden) y el día 24 del mismo mes, recibe de manos del Obispo de Lucca, Mons. Alejandro Guidiccioni (llamado Senior para distinguirlo de su sobrino que fue su sucesor y lo llamaban Junior), las ordenes menores. Desde el principio demostró gran virtud y un profundo amor por la mortificación y la humillación. Fue fuerte en todos los aspectos, pero de un modo especial en los momentos en que la Orden comenzó a ser perseguida, no dudó (junto a otros hermanos), en ponerse a mendigar para lograr el sustento de la casa, una vez expulsados de la Iglesia de la Rosa, se dirigieron a la de Santa María Corteorlandini. De esta misma, Juan Bautista, fue s primer párroco tomando posesión de ella el 07 de noviembre de 1581.

   En el mes de septiembre de 1580, recibe la Orden de Subdiaconado, siendo ordenado Diácono en el mes de diciembre, para recibir el Orden Sagrado el día 18 de febrero de 1585. Celebró su primera Eucaristía en la Iglesia de Santa María Corteorlandini el día 24 de febrero del mismo año. Viajando el Padre Juan Leonardi a Roma, surge la ocasión perfecta de sus enemigos para conseguir una orden de no permitirle el ingreso a Lucca, por considerarlo un “enemigo de la República”, pensando que se disolvería la naciente Orden, pero estando a cargo el Padre Bautista marchó todo bien, teniendo sí unas complicaciones que logró manejar.

   Entre los cargos que tuvo, están los de Maestro de novicios, Prefecto de los jóvenes, Rector de la casa de Lucca (Santa María Corteorlandini), y Vicario General, cargo anexo al de Rector. Dirigía también a jóvenes, incluso Don Cesar Turriti, cada ocho días, mandaba a sus seminarista al Padre Juan Bautista para recibir el Sacramento de la Reconciliación, quienes se unían habitualmente a los nuestros para cantar las Vísperas en los días festivos. Además, el Padre Bautista Cioni, se dedicó de las cosas espirituales y literarias del Seminario de San Martino, Catedral de Lucca, que era apoyada por nuestros religiosos, de modo especial, por el Padre Juan Bautista Cioni, quien era su prefecto.

   A contados superiores se les puede considerar que hayan guiado con tanta caridad, celo, prudencia y ejemplaridad; como lo hizo nuestra Padre Juan Bautista. Estaba dotando de un singular talento para la dirección espiritual a todo tipo de personas y de toda edad. Se gloriaba del gran siervo de Dios: Buenaventura Gasparini, quien en Lucca instituyó la Congregación Secular de los Ángeles Custodios, de quien el Padre Juan Bautista era su confesor.

   Juan Bautista fue un hombre puesto a prueba en varias circunstancias. En una ocasión una joven, simulando una grave enfermedad mando llamar al Padre Bautista para confesarse, pero en el momento en que se encontraban solos para iniciar la confesión, la joven comenzó a usar sus encantos para seducir a Cioni. Sin embargo, el Padre llamó a su compañero que se encontraba en la habitación aledaña y le dijo: “¡vamos!”, después miró a la joven y le dijo: “…Ojala que Dios le ayude a mejorarse de esta enfermedad tan peligrosa”.

   Tenía una profunda devoción pro la Madre de Dios, a quien consideraba su protección, también tenia un profundo amor a la Eucaristía y a la Pasión del Señor. No descansaba de honrar a la Virgen Madre con la oración del oficio y el Santo Rosario; incluso llegó a ir al Santuario de Nuestra Señora de Loreto. Solía suceder que en ciertas ocasione son era capa de contener las lágrimas al celebrar la Santa Misa.

   En su vida como religioso Leonardino, en dos oportunidades fue nombrado Padre General, pero éste en su señal de humildad las rechazó al igual que el cargo de Rector. Al fin el Padre Juan Bautista, considerado uno de los pilares de nuestra Orden junto al Padre Fundador, partió al encuentro con el Padre Dios el día 31 de marzo de 1623 , (a los 67 años), tras un grave enfermedad que padeció conforme al misterio de la Pasión del Señor. Era tanta la estima del Pueblo de Lucca hacía el Padre Bautista Cioni, que los fieles pidieron que su velatorio fuese por cinco días, en los cuales la gente en gesto de aprecio le besaban los pies, otros lo tocaban con sus rosarios, algunos arrancaban pedazos de su ropa, cabellos, barbas, las uñas y los callos de los pies, todo considerado reliquia.

   Dios le concedió muchos prodigios a su tumba como por ejemplo la siguiente: “Clara Ciervieri de Lucca, tuvo un hijo muerto varios días, mal oliente, negro. Una tía del niño, diciendo que por lo menos fuera bautizado, lo ofreció al Padre Bautista Cioni diciendo: “Siervo de Dios, esta alma, esta alma…”. A esta invocación el niño volvió a la vida, y siendo bautizado sobrevivió hasta los cinco años, muriendo después de la peste del año 1631”.
La causa de su beatificación fue introducida el año 1701 junto a la de nuestro Santo Fundador.

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(Samuel Miranda)