BEATO JUAN DEL BASTÓN
1290 d.C.
24 de marzo
Nació en Paterno, cerca
de Fabriano, en las Marcas, en el seno de una familia campesina acomodada,
los Bottegoni. Fue enviado a estudiar a Bolonia para que entrara en el clero,
ya que pareciera que ésta era su vocación; y allí se
le formó una llaga en una pierna que lo dejó cojó para
toda la vida y tuvo que usar bastón, de ahí le viene el apelativo.
Aunque no pudo continuar sus estudios ni el grado de formación que
pretendía, decidió trasladarse a Fabriano y abrir una escuela
que le aseguraba cierta autonomía económica. En 1230, sin saber
bien el por qué, ingresó como uno de los primeros discípulos
de san Silvestre Gozzolini en el monasterio benedictino de Monte Fano. El
estilo de vida del grupo de Montefano era austero y pobre, intentaban reducir
al mínimo las necesidades materiales para dedicarse por completo a
las cosas de Dios. La regla que seguían era la de san Benito, y cuando
la pequeña comunidad de eremitas fue aprobada en 1248 por el papa
Inocencio IV, tomó el nombre de Orden de San Benito de Montefano (Silvestrinos).
Juan, por deseo de san Silvestre fue presentado al obispo para
su ordenación sacerdotal. La vida monástica de Juan estuvo
marcada por la oración, la penitencia y la soledad, y toda encaminada
a progresar en los grados de la virtud. Vivió 60 años en este
eremitorio, distinguiéndose por su amor a la soledad, la prudencia
y gozó del don de consejo. De rara paciencia, al que se le invoca
cuando se tiene abscesos y panadizos. Murió y fue sepultado en la
cripta de la iglesia de San Benedetto en Fabriano.
Desconcertante fue la desproporción entre la existencia
retirada que llevó Juan por tanto tiempo y el impacto inmediato de
su muerte sobre la gente. Había apenas exhalado su último suspiro,
cuando dio inicio una interminable peregrinación hacia sus restos,
y fue rápidamente aclamado como santo por la voz del pueblo, sin un
proceso canónico formal (que en aquellos momentos estaba comenzando
a existir), hasta que en 1772, bajo Clemente XIV, se confirmó su culto
como Beato.