BEATO JUAN HAILE
1535 d.C.
4 de mayo

   En Londres en Inglaterra, santos sacerdotes mártires Juan Houghton, Roberto Lawrence y Agustín Webster, priores de la cartuja de Londres, Bellavalle y Haxholmie, y Ricardo Reynolds, de la Orden de Santa Brígida, que, profesaron sin miedo la fe de los padres, durante el reinado de Enrique VIII fueron encarcelados en Tyburn y después descuartizados. Junto a ellos estaba el beato Juan Haile, sacerdote, párroco de Isleworth, suburbio de la ciudad, fue ahorcado en el mismo patíbulo. 1535.
 
   El beato Juan Haile fue primero fue beneficiado en Chelmsford (Essex) para pasar en 1521 en ser vicario de Isleworth (Middlesex). Era un anciano y venerable sacerdote al que sus feligreses estimaban por su bondad y su piedad, además se le estimaba mucho por su sólida cultura.

   El motivo de su arresto fue una carta suya en la que reprochaba la actitud escandalosa y cismética del rey. Junto al él fue arrestado un joven sacerdote, apellidado Feron, que sería amnistiado. En el juicio, en un primer momento, tuvieron un veredicto favorable pero en seguida se cambió por el de traidores, y fueron condenados a la horca.
 
   El 4 de Mayo de 1535 los tres cartujos, el padre Reynolds y el párroco de Isleworth, con sus hábitos religiosos fueron encadenados a sus esteras y trasladados por las calles empedradas y fangosas que llevaban de la Torre de Londres a Tyburn. Desde la ventana de su celda el canciller santo Tomás Moro pudo constatar junto a su hija, la felicidad que estos santos hombres se prestaban ser los primeros mártires de esta nueva persecución.

   Juan Houghton fue el primero en subir al patíbulo y colaboró con el verdugo profiriendo palabras de perdón y de confianza en Dios. No estaba todavía muerto cuando fue descolgado de la horca y descuartizado. Le siguieron los otros cuatro. El último en morir fue Reynolds, después de animar a sus compañeros; antes que lo ejecutaran se volvió a la muchedumbre invitándoles a rezar por el rey. Los cuerpos de los mártires fueron descuartizados y expuestos al pueblo para aterrorizar a los “papistas”. Todos fueron beatificados por el papa León XIII en 1886, solamente los cuatro primeros fueron beatificados por Pablo VI en 1970, mientras que Juan Haile todavía hoy es venerado como beato.

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(Samuel Miranda)