Juan José Jaime Bonal Cortada nació en el seno de una familia profundamente religiosa el 24 de agosto de 1769 en Terrades (Gerona, España) el 24 de agosto de 1769. De joven recibió una buena educación, estudiando en Barcelona y Zaragoza. Tiene una buena formación intelectual para su época, encaminada al sacerdocio, a pesar de su condición de heredero, como primogénito de la familia, según la costumbre del país. Emprende sus estudios de Filosofía en la Universidad Sertoriana de Huesca, de Teología en Barcelona y Zaragoza.
Llegó a desempeñar la tarea de profesor. Se presenta en Reus (Tarragona) a las oposiciones convocadas por el Ayuntamiento para las dos aulas de Gramática y es aprobado para profesor de una de ellas. Allí residirá durante siete años, los cinco últimos ordenado ya de sacerdote. Es allí donde nace esa vocación de caridad y entrega hacia los marginados de su tiempo, hacia las necesidades que palpaba cada día en su entorno. Junto a la enseñanza, realiza una intensa actividad caritativa y apostólica: visita enfermos y encarcelados, atiende a niños y jóvenes abandonados.
Fue ordenado sacerdote para la archidiócesis de Zaragoza. La caridad con los más pobres y desamparados de su tiempo le atraerá de tal manera, que llegará a renunciar a la enseñanza para dedicarse de lleno al servicio de los enfermos en el Hospital de la Santa Cruz de Barcelona primero y en el de Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza después, a donde llegara en 1804 para establecer en él una Hermandad de Caridad, con vocación de vida religiosa y dedicación a los enfermos y desamparados, quedando él como capellán del Hospital y director de la Hermandad.
Los trágicos sucesos de los Sitios de Zaragoza, hicieron de aquel centro hospitalario un montón de ruinas y durante muchos años, la miseria presidió la vida del Hospital y sus moradores. Para paliarla en lo posible, el Padre Juan dedicó el resto de su vida a mendigar de pueblo en pueblo, por gran parte de la geografía española, a lomos de una mala cabalgadura, en interminables y duras jornadas, como limosnero del Hospital de Zaragoza. "Mendigo de Dios por los pobres", pasó por todas partes predicando a las gentes sencillas del mundo rural, despertando su fe y caridad, dedicando largas horas al confesionario e impartiendo el perdón y la paz a los que acudían a él.
Fueron muchas las dificultades que encontró en su ingrata misión de limosnero. Pero nada le hizo desistir de una tarea que exigía humildad, caridad y paciencia heroicas, en la que ponía ilusión y constancia sin límites, con total entrega y olvido de sí. Esta misión la prolongó por el resto de su vida hasta su muerte en el Santuario de Nuestra Señora del Salz, en Zuera (Zaragoza), donde solía retirarse para preparar sus viajes.
Allí pasó su última jornada acompañado de dos Hermanas de la Caridad, Hermandad por él fundada, con la que siempre estuvo en comunión de ideales y afecto, además de un médico enviado por el Hospital que tantos beneficios le debía, y de otros sacerdotes. Con plena lucidez y paz recibió los sacramentos de manos del sacerdote de Zuera, mandó celebrar una misa a san José y falleció el 19 de agosto de 1829, próximo a cumplir 60 años. El 20 de diciembre de 2012, el Papa Benedicto XVI publicó un Decreto reconociendo sus virtudes heroicas y dándole el título de Venerable.