BEATA JULIANA DE NORWICH
1423 d.C.
13 de mayo
Es una de las más célebres
místicas de Inglaterra. Nació en el seno de una rica familia,
y según parece cuando era niña pidió una muerte temprana:
“Estaba cansada de mi vida y molesta conmigo misma, así que tenía
la paciencia de seguir viviendo sólo con dificultades...”.
Vivió como reclusa en Norwich bajo la dirección
espiritual de los benedictinos de la ciudad; su libro Revelación del
Amor Divino todavía se publica y es una de las más bellas obras
espirituales en lengua inglesa, y en ella nos revela que en 1373, con 30
años de edad, aquejada de una enfermedad mortal, fue curada milagrosamente
por una visión de la omnipotente misericordia de Dios, por medio de
la muerte redentora de Cristo.
Uno de sus dichos más populares fue: “Todo estará
bien y todo estará bien y todo tipo de cosas estarán bien”.
En sus escritos, la relación trinitaria se expresa verbalmente por
medio de la totalidad humana, en el sentido de que las metéforas masculinas
y femeninas usadas para describir la Divinidad se aplican igualmente a la
mujer como al hombre, en cuanto ambos sexos tienen de igual modo la imagen
divina. Estableciendo de tal modo un lazo entre la Divinidad y la feminidad,
esta culta ermitaña anticipó ese concepto holístico
de la imagen divina, propio de la teología del siglo XX, en el que
se afirma que tanto mujeres como hombres han sido creados a imagen de Dios,
en cuanto seres humanos tanto de un sexo como de otro. Juliana no ha sido
nunca beatificada formalmente por la Iglesia católica, pero sí
por la Iglesia anglicana.