SAN KALEB DE ETIOPÍA
558 d.C.
27 de octubre

   San Kaleb o Elesbaan, rey de Etiopía. Desde el siglo V existía n el Yemen una comunidad cristiana en Nadjran. Un siglo más tarde, el rey de Aksum, Etiopía, ocupó parte del país y estableció una guarnición en Safar, nombrando un virrey para gobernar dicho territorio. La comunidad cristiana vivía  siempre expuesta a la hostilidad de los indígenas y, ante todo, de los judíos. Hacia el año 523, a la muerte del virrey, Dhu Nuwas, un jefe himyarita de la antigua familia real y judío de religión, se sublevó contra el poder abisinio, se spoderó de Safar, asesinó a la mayor parte de la guarnición y al clero y transformó la iglesia en una sinagoga.

   Dhu Nuwas asdió la ciudad de Nadjran pero no consiguió conquistarla. Entonces juró en el nombre de Dios y de la Ley que no haría mal a ninguno. Los moradores de la ciudad creyeron en su palabra y le abrieron las puertas, pero Dhu Nuwas no mantuvo sus promesas e hizo perecer a todos los cristianos con refinada crueldad. Algunas fuentes hablan de 427 clérigos, monjes y vírgenes muertos, sin contar los 4252 fieles martirizados. El mas conocido de todos era Aretas, magnate de la ciudad, que sufrió el martirio junto con sus 340 compañeros el 24 de octubre del año 523.

   Ante las noticias de estas matanzas, Kaleb, rey de Aksum, organizó una expedición militar a Yemen. Después de recibir la bendición del monje Pantaleón, uno de los Nuve Santos Romanos que evangelizaron  el reino de Aksum, se dirigió hacia el Mar Rojo. A pesar de las dificultades de transporte, desembarcó en Arabia y se apoderó de Dhu Nuwas, quien había solicitado en vano la ayuda del rey de Persia. Kaleb le dio muerte por su propia mano y, después de restablecer el cristianismo en Safar y elegir un nuevo virrey, regresó victorioso a Aksum.

   Según la Pasión de los mártires de Nadjran, el rey aksumita, para cumplir un voto que había hecho. abdicó en favor de su hijo, envió su corona real a Jerusalén y se retiró al monasterio de su amigo San Pantaleón, donde vivió pobremente, ayunando y haciendo penitencia. Kaleb murió el año 558 y el Martirologio Romano recuerda su memoria el día 27 de octubre.

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(Samuel Miranda)