De nombre Giovanni de Lorenzo di Médeci, era el segundo hijo de Lorenzo el Magnífico y de Clarice Orsini. Recibió las órdenes menores a los ocho años de edad para, en 1488, ser nombrado cardenal con tan sólo 13 años.
A la muerte
de Julio II, el cardenal Giovanni di Médici que entonces contaba treinta
y ocho años de edad, fue elegido Papa en un cónclave en el
que se evitó la compra de votos al poner en práctica las medidas
que contra la simonía había dictado el Papa fallecido.
Su habilidad en política internacional se refleja en su capacidad para evitar la invasión francesa de Italia, aunque en 1515 fue derrotado por Francisco I, Rey de Francia. Un año después las relaciones entre la Santa Sede y Francia quedaron reguladas por un concordato, que supuso el fin del galicanismo (independencia de la Iglesia en Francia respecto del Papa y, en cambio, sujeción a la autoridad del Estado); el Rey recibió el poder de nominar Obispos y otros altos cargos, comprometiéndose el Papa a efectuar sus nombramientos.
En 1519 la muerte de Maximiliano dejaba vacante el trono del imperio. León X permaneció indeciso sobre a quién de los dos candidatos, Francisco I de Francia o Carlos I de España, prestar el apoyo que ambos le solicitaban. Recelaba de los dos y de su poder acumulado si unían a los cetros de sus respectivas naciones el imperial; finalmente se decantó por el francés, pero pronto rectificó, pues cuando tuvo que admitir como irremediable que sería el español el designado tomó partido por el presunto ganador. Más tarde subvencionaría las campañas italianas de Carlos I (ahora también V de Alemania) con grandes sumas de dinero que, junto al despilfarro generalizado que existía en la corte del papa, tan dado a suntuosas y costosísimas diversiones, dejaron exhausto el erario vaticano.
A nivel de Italia,
León X convirtió la Sede Apostólica en la fuerza política
dominante.
Desde la perspectiva
religiosa, León X contó en su pontificado con la conclusión
del V Concilio de Letrán en 1517, Concilio que se pronunció
favorablemente al concordato con Francia y promovió el establecimiento
de un sistema de censura para los libros.
Como florentino que era y como Médicis (hijo de Lorenzo el Magnífico) fue un hombre educado en los refinamientos de la cultura renacentista. El nuevo papa era un diletante voluptuoso y hedonista, amante de los placeres de la música, de la literatura, de la pintura, y también de otros más sensuales. «Disfrutemos del papado puesto que Dios nos lo ha dado», dice el embajador veneciano Giorgi que dijo el recién electo pontífice. El patrocinio que dispensó a las artes y a las letras y a cuantos descollaban en unas y otras le llevó al extremo de nombrar cardenales a los eruditos y poetas Bernardo Dovizi Bibbiena, Pietro Bembo y Giulio Sadoletto.
El deseo de beneficiar a sus familiares le inspiró la idea de formar un ducado con los territorios de Parma, Piacenza, Reggio y Módena para que fuese señoreado por su hermano Julián, o la de separar el ducado de Urbino de las posesiones de la iglesia para entregarlo a su sobrino Lorenzo de Médicis. Por lo demás, su sentido del goce pacífico de la vida le inclinó a dejar de lado las desavenencias de su antecesor Julio II con Luis XII con quien buscó mantener una cordial relación. En este marco se sitúa la mediación que realizó entre el rey viudo francés y Enrique VIII de Inglaterra para que éste consintiera en la boda de su hermana con aquél. Pero Luis XII murió en 1515 sin pudiera llevarse a término la unión.
En la actualidad, el análisis del Pontificado de León X arroja resultados diferentes según se trate de protestantes o católicos.
Los protestantes sostienen que Lutero se indignó ante la existencia de una bula, conocida como Taxa Camarae, en la que el Papa hipotéticamente fijaba los estipendios a entregar a la Corte Papal en función de los diversos pecados posibles. Según esto, uno podría obtener el perdón de sus pecados pasados o comprarlo anticipadamente para los venideros, a modo de licencia, a cambio del pago de una determinada cantidad.
Los católicos, en cambio, sostienen que la bula Taxa Cámarae no ha existido nunca, sino que se trataría de una falsificación urdida por católicos corruptos o malintencionados o por los enemigos del poder papal. En la actualidad, la Sede Apostólica se ha pronunciado claramente en este sentido, declarando que la bula en cuestión es falsa. (Apologética.org/taxa-camarae.htm, argumentos sobre la Taxa Cámarae])
La Enciclopedia Católica admite que León X «consideraba la corte papal un centro de diversiones». A pesar de que tenía hijos ilegítimos, se comenta que sus preferencias estaban más cerca del género masculino. Algunos historiadores sitúan el origen de su homosexualidad en las abadías, cuando sólo era un niño.
Su primo Giulio di Giuliano de Médicis, sería elegido papa y adoptando el nombre de Clemente VII en 1523.