SAN LITIFREDO DE PAVÍA
874 d.C.
8 de marzo
Litifredo fue obispo de Pavia
en la segunda mitad del siglo IX. Lamentablemente, no sabemos nada de su
patria de origen, así como de su fecha de nacimiento. No se conserva
una «Vita» del santo obispo, sino un breve panegírico
en un documento denominado «Breviarium Sanctorum Episcoporum Ticiniensis
Ecclesiae» (Breviario de los santos obispos de la Iglesia de Pavia);
en él se nos dice que Litifredo dio indicios de su futura santidad
desde temprano, dedicándose a Cristo en el estudio sacro, ya en su
adolescencia. Una vez en el episcopado de Pavia, dio muestras de piedad,
paciencia y mansedumbre. Se nos dice que preparó su alma en la justicia
y el temor de Dios, y fortaleció su corazón en la batalla contra
las tentaciones. Hizo trasladar al monasterio de San Vicente el cuerpo de
santa Honorata, hermana de san Epifanio de Pavia y virgen muy venerada por
el pueblo. En esa traslación ocurrió un milagro, con el que,
dice el documento, Dios manifestó la santidad de su virgen y se sobreentiende
que también del obispo: en medio de la procesión, cuando se
iba a ingresar a la basílica de san Nicolás, con los candeleros
delante y el pueblo detrás, el cuerpo que transportaban quedó
como clavado en las gradas, no había manera de moverlo, hasta que
el santo obispo le impuso su palio, y pudieron nuevamente continuar con el
traslado.
A su muerte, el 8 de marzo del 874, en fama de santidad, fue
sepultado en la catedral, junto a la urna de san Armentario. El año
1636 las reliquias, tanto de san Armentario como de san Litifredo, fueron
trasladadas con toda solemnidad al altar mayor, por el obispo Fabricio y
con la participación de todo el pueblo en la ceremonia. En la ocasión
se registraron varios milagros.