HISTORIA DE LA IGLESIA
EPOCA NUEVA
TERCERA PARTE: LA LUCHA POR LA REFORMA DE LA IGLESIA
CAPITULO VIII
LA REFORMA DE LA IGLESIA
Antes de nada debemos determinar que significado tiene el término
reforma. y su uso en la historiografía. S. Pablo en Rm. 12,2 habla
de renovación, como en Ef. 4,23. Se refiere a un progreso interior,
espiritual, típico de la dinámica bautismal. Ha sido fácil
pasar de esta novedad, a la de las instituciones religiosas y eclesiales.
El término .reforma. tiene tres acepciones.
a) En sentido antropológico, significado habitual en los
padres de la Iglesia, la reforma es la acción que restituye al hombre
la semejanza con Dios, robada por el pecado.
b) En sentido filosófico, reforma es la acción que tiende
a llevar a un acto a una forma precedente, idealmente perfecta, mas actualmente
reducida por una acción .deformante. a la potencialidad de la materia.
c) Por último no se puede olvidar también un sentido
jurídico, asimilable a nuestro .restituir.. Así la .Reformacio
pacis. es una acción de pacificación, de restitución
de la paz rota.
Estas tres acepciones hay que tenerla en cuenta en la Iglesia,
ya que una reforma supone las riquezas de todas las aportaciones posibles.
Es una acción creativa que desea reconducir a la Iglesia a la imagen
original, haciendo emerger el retorno de Cristo. Además de a nivel
de estructura, la reforma, es un empeño en la vida. La doctrina, la
misma estructura organizativa y disciplinar, están fuera de la discusión.
La reforma forma parte de la natural dinámica de todas las instituciones
que, según M. Weber, pasa por tres fases.
1) Fundación (carisma inicial).
2) Gobierno (burocratización).
3) Residuo histórico (Caída en el tradicionalismo).
La Iglesia es siempre una realidad viviente, por tanto tiene
siempre una dialéctica entre decadencia y reforma. Tradición
y progreso no puede ser separadas. Forman una pareja de conceptos que se
atraen, por lo cual no puede existir una tradición sin progreso, ni
un progreso sin tradición. En el primer caso la Iglesia sería
un fósil, en el segundo sería condenada a la revolución.
La reforma puede ser en la cabeza, esto es en las estructuras
del vértice (papa, colegio cardenalicio, curia romana), o en los miembros
(aparato de base, diócesis, órdenes y congregaciones).
Las causas que provocan una reforma pueden ser:
a) Externas: cuando son provocadas por el poder laico; como en
el caso de la Reforma Protestante;
b) Internas: si la reforma nace de una necesidad profunda.
El concepto de reforma no es una categoría abstracta,
un instrumento inerte, sino un criterio funcional para comprender de forma
adecuada la historia de la Iglesia en el tiempo.
1.- ¿Existía la necesidad de una reforma?.
Hay una literatura muy rica en torno a este problema. Las principales
acusaciones pueden ser:
a) El papa y la curia romana. Se reprobaba el régimen
fiscal y las riquezas, la libido dominante, la reserva de las nóminas,
el centralismo en los beneficios.
b) El episcopado. Elecciones simoníacas, acumulación
de los beneficios, descuido de las visitas pastorales, costumbres mundanas
y guerreras.
c) El clero. Escándalos, ausencias y negligencias en la
cura pastoral, ignorancia.
d) El laicado, odios, transgresiones, taras morales (época de
los bastardos)
En sustancia dos eran los aspectos de la Reforma: los comportamientos
morales (Reforma de las costumbres), y los mecanismos perversos que generaban
la corrupción (Reforma estructural).