LOS AGUSTINOS EN TERRITORIO MEXICANO
Después de los franciscanos
y los dominicos, los religiosos agustinos llegaron a México en mayo
de 1533 en número de siete frailes, todos clérigos: Francisco
de la Cruz, que venía como superior, Jerónimo de San Esteban,
Juan de San Román, Agustín de Coruña, Juan de Oseguera,
Jorge de Ávila y Alonso de Borja.
Los primeros religiosos que atendieron la región de Landa
fueron los agustinos de la provincia de México y los franciscanos
de la provincia de Michoacán. La labor evangelizadora de estos frailes
se llevó a cabo en algunos pueblos antiguos, como Tilaco y El Lobo,
que pertenecían al distrito de Xilitla.
El 12 de marzo de 1682, se fundó en la ciudad de Querétaro
el Colegio de Propaganda FIDE de la Santa Cruz, con intención de evangelizar
a los Chichimecas de la Sierra Gorda. En 1742, al desaparecer los protectorados,
José de Escandón solicitó el cambio de misioneros agustinos
por franciscanos. 200 años después de su llegada a la región.
Así el 29 de abril de 1744, José de Escandón
y el fraile Pedro Pérez Mezquía, fundaron la misión
de “Santa María de las Aguas de Landa”. Ese mismo año, el 1
de mayo, se fundó la Misión de San Francisco de Tilaco.
En enero de 1743, el religioso fray Luis Trejo realizó
un padrón donde manifestaba que Tilaco contaba con 105 familias de
indios Pames y la comunidad de El Lobo con 85. Ese mismo año José
de Escandón visitó otras misiones en el paraje nombrado Agua
de Landa, lugar de tierras fértiles conocidas como Tongo y Pezco,
cuya población era de 153 familias con un total de 562 indígenas.
Los Pames ocuparon la región Noreste de la Sierra Gorda
de Querétaro, que les proporcionaba un hábitat con bosques,
abundante agua y parte de tierra caliente hacia la Huasteca. Su territorio
comenzaba en las cercanías de Zimapán, cubría Pacula,
Xiliapan, Mecatlán de los Montes, Landa, Jalpan, Tancoyol, y la provincia
de Río Verde, siendo “esta nación muy dilatada”.
Sus casas estaban construidas con zacate, palma o xoxonato.
Su comida ordinaria la constituía el maíz tostado, cacalextes,
verduras de tierra y los animales que criaba la Sierra. Las mujeres vestían
de enagua y huipil blanco y largo, prendas que ellas mismas tejían;
los hombres se cubrían con mantilla, posiblemente utilizada como calzón
y un ayate.
Junto a los Pames Chichimecas se encontraban ya en el siglo
XVI, pequeños núcleos de mexicanos Otomíes y Huastecos.
Los toponímicos serranos nos indican el origen étnico de las
localidades, como Jalpan, Concá, Tancoyol, Tangojó, Puguinguía.
Los Frailes Agustinos después de realizar en la ciudad
de México y sus alrededores un gran trabajo de evangelización,
prosiguieron su labor apostólica en tres rutas: la primera de ellas
abarcó los ahora estados de Morelos, Puebla y Guerrero.
La segunda fue hacia el norte, ocupando los actuales estados de Puebla,
Veracruz, Hidalgo, San Luis Potosí y Querétaro, y la
tercera tomó el rumbo de occidente en la zona de Guadalajara y Zacatecas.
Los religiosos agustinos crecieron pronto en número y
para finales del siglo XVI se contaba ya con cerca de 600 frailes, la mayoría
de ellos criollos. Los pocos agustinos españoles, minoría
en la región, tomaron la iniciativa de fundar una nueva provincia,
que nació en 1602, bajo el nombre de San Nicolás de Tolentino
de Michoacán.
El primer trabajo apostólico de los agustinos fue la
evangelización de los indígenas, que consistía en enseñarles
el castellano, la doctrina cristiana y una “nueva manera de vivir como cristianos”.
Los religiosos también les enseñaron diversos
oficios y una diferente manera de cultivar la tierra. De manera especial
se distinguieron por mostrar mayor confianza en la capacidad espiritual de
los indígenas y fueron los primeros en administrarles la Eucaristía
y en defender sus derechos humanos y su capacidad de autogobierno.
Estos religiosos también jugaron un rol muy importante
en la educación de niños y jóvenes. Fueron los primeros
en fundar una escuela de enseñanza pública y desempeñaron
a la vez un gran papel como catedráticos, rectores y teólogos
en la Universidad Pontificia de México.
Destacaron por ser magníficos arquitectos; levantaron
monumentales conventos en Acolman, Actopan, Metztitlán, Yecapixtla,
Yuriria, Cuitzeo y Salamanca. Estas construcciones, que todavía hoy
pueden ser admiradas, contribuyeron al desarrollo del arte y arquitectura
colonial.
Se sabe que en 1532, el conquistador Nuño Beltrán
de Guzmán entró a la Sierra Gorda y asoló la región.
A partir de entonces se efectuaron varios intentos de evangelización
por frailes Franciscanos y Agustinos, intentos que fueron obstaculizados
continuamente por levantamientos de grupos originarios de estas tierras que,
resentidos por la crueldad de los españoles, huyeron a las montañas
e inaccesibles barrancas.
La primera población de españoles en toda
esta región fue la hacienda de San Nicolás Concá, poblada
entre los años de 1533 y 1538 durante la encomienda de Pedro Guzmán.
Su territorio ocupaba gran parte de la Sierra Gorda y entraba hasta el territorio
del actual Estado de San Luis Potosí.
En 1587 Jalpan, Concá y su comarca fueron adoctrinados
por los Agustinos de Xilitla. En enero y febrero del año 1601, Fray
Lucas de los Ángeles, Franciscano del convento de Xichú, visitó
muchos lugares de la Sierra Gorda; y en Concá convirtió a los
Pames; bautizando a ocho de ellos.
En 1609 el Virrey Don Luis de Velasco firmó un
decreto para que los Franciscanos dejaran la Misión a los Agustinos
de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de México
para evangelizar a la Sierra Gorda; incluyendo el actual territorio del municipio
de Arroyo Seco.
No obstante, los Franciscanos de la Provincia de Michoacán
permanecieron en la Sierra. Los Franciscanos y los Agustinos pugnaron misionar
en la Sierra Gorda pero los que más tiempo duraron fueron estos últimos;
quienes aprendieron los dialectos de los Pames y se adaptaron a sus costumbres
al convivir con ellos.
En los siglos XVI, XVII y XVIII los agustinos crecieron, ejercieron
una gran labor educativa y tuvieron una gran fuerza moral en la nueva sociedad,
sin embargo, este crecimiento se vio interrumpido en 1754 cuando, al igual
que las otras órdenes religiosas, tuvieron que aceptar la ejecución
del decreto real llamado de la Secularización de las doctrinas, que
los obligó a dejar sus conventos y parroquias en manos del clero secular.
Esto trajo como consecuencia que en 1782 la Provincia de México
quedara sólo con 11 conventos, cinco vicarías y alrededor de
700 frailes. Una zona en la que estuvieron los agustinos fue Xilitla
.A la llegada de los misioneros Agustinos en el siglo XVI, fue designado
eclesiásticamente como “San Agustín de la gran Xilitla”, por
lo que a partir de entonces se le conoce únicamente como Xilitla.
Los frailes agustinos dispusieron en 1537 la evangelización
de la entonces llamada sierra Alta y se designó a fray Antonio de
la Roa, para que misionara en ella. Fray Antonio de la Roa fue el primer
evangelizador, y del cual se mencionan muchos hechos notables, que incluso
le dan categoría de santo.
En 1553 se empezó a edificar el Convento de Xilitla,
que debería servir para su fin y el otro como fortaleza para resistir
los ataques de los chichimecas. El convento fue atacado en 1569 y 1587 por
los Chichimecas, robaron en la sacristía y quemaron todo lo que era
bóveda, ante todos estos problemas los frailes agustinos se retiraron
de Xilitla a fines del siglo XVI, por lo que el convento dejó de ser
prioritario pues se trasladaron al convento de Huejutla, por lo que la edificación
sirvió de simple albergue a algunos agustinos que ahí estuvieron
hasta el año de 1859 en que tuvieron que abandonarlo por entrar en
vigor las leyes de Reforma.
En 1526 llegó Nuño Beltrán de Guzmán
como gobernador de la provincia del Pánuco, a esta jurisdicción
pertenecía Xilitla. Fue mal Gobernador, pues cometió innumerables
injusticias y atropellos con los indios, pues saco de la huasteca miles de
ellos, para herrarlos y venderlos como esclavos, les quito a los partidarios
de Cortés las encomiendas que este les había concedido, la
de Oxitipa y pueblos sujetos a ella se le otorgó a Pedro de Guzmán.
Estos ataques eran el producto del resentimiento que se tenía
a las autoridades españolas, por el sometimiento tan brutal. En el
año de 1575 en que llegó Luis Carbajal a la región,
para descubrir el camino de Mazapil, que resultó ser un mineral y
así lo notifico al Virrey, este lo nombró “corregidor de los
pueblos de Tamaolípan de su partido”, este sujeto era desalmado y
cruel, pues se dice que en el convento de Xilitla llegó y juró
“por el Santísimo Sacramento” que a los indios que vinieran a él
de paz, a todos los que pudiera los daría como esclavos.
La inconformidad de los Chichimecas en la región huasteca
duró muchos años, lo que provocó que Xilitla se despoblara,
sus habitantes se dirigían a distintos lugares, sin embargo los indios
fueron pacificados por la fuerza de las armas.
Debido a lo anterior la Alcaldía de Santiago de
los Valles, suprimió el cargo de corregidor, este era un funcionario
de justicia que imponía el castigo de los delitos y resolvía
litigios de alguna cuantía, al suprimirse este cargo revelaba el grado
de decadencia en que por entonces se encontraba Xilitla.