HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA
EPOCA MEDIEVAL
PRIMERA PARTE: SIGLOS VII-IX
CAPÍTULO VII
LA ALIANZA ENRE EL PAPADO Y EL REINO FRANCO EN EL SIGLO VIII
I. Situación del Papado en la primera mital del siglo VIII
Los Papas, de hecho, eran obispos pertenecientes al Imperio
bizantino; estaban teóricamente bajo la obediencia del emperador bizantino.
El último papa en viajar a Constantinopla fue Constantino I (708-715),
el cual fue requerido por Justiniano II (710-711) para encontrar una solución
a los problemas causados por el concilio Trulano II. Los papas anteriores
había rechazado sus determinaciones debido a haber sido un sínodo
de fuerte tendencia antirromana. Justiniano II esperó un resultado
aceptable de sus coloquios con el papa. Efectivamente se llegó a un
compromiso aceptado por el papa, por lo que el emperador reconoció
el primado romano. Se consideraba, pues, com oun privilegio que el emperador
daba al papa, lo cual era inaceptable para Roma, pero por mantener la paz
no se hizo una protesta formal por parte del papa. De todos modos, la Iglesia
se fue separando de los bizantinos.
Tras el concilio I Trulano (680-681) se fue afirmando el elemento
griego-oriental en Roma. Los papas del tardo VII fueron sicilianos o griegos.
En este contexto bizantino Roma tomó cuatro fiestas marianas del año
litúrgico griego. Uno de los pocos papas de origen romano en este
momento fue Gregorio II (715-731), el cual había compañado
a Constantino I en su viaje a Constantinopla. Las relaciones de Gregorio
II con el emperador León III (717-741) estuvieron presididas por una
gran tensión. El emperador encontró una gran resistencia cuanto
intentó imponer una nueva tasa a Roma para financiar sus campañas
militares. El papa defendió con energía los bienes de su pueblo,
lo cual le costó la intención por parte del emperador de atentar
contra él. Cuando en el 726 León III haga de la iconoclastia
su programa político, las tensiones se recrudecerán. En Italia
se pensaba que el Imperio debía volver a Roma y dejar de ser griego.
Se retira la obediencia al exarca de Rávena; éste, Eutiquio,
se alió con el rey lombardo, Liutprando (727-751), en el asedio de
Roma. El Papa consiguió cambiar el parecer del rey lombardo.
El Papa debía guardar un difícil equilibrio: por
una parte se sentía ligado a Bizancio, pero también debí
defender del derechos de Roma. En enero del 730 emana León III su
primer edicto contra las imágenes. Gregorio II se mantuvo leal en
su relación con Bizancio, pues se consideraba como impensable que
un papa se pudiera separar del Imperio.
Gregorio III (731-741) era sirio. Trató de resolver los
problemas con Bizancio por la vía diplomática, pero fracasó
en sus dos intentos: la primera vez por miedo del enviado; la segunda, por
la interposición del estratega de Sicilia. El 1 de noviembre del 731
se condena, en un sínodo en Roma, la doctrina iconoclasta de León
III. Esto no fue aceptado por Constantinopla. Es más, la respuesta
vino con medidas administrativas contra Roma. El patrimonio de San Pedro
.que se encontraba en Sicilia e Italia meridional. fue gravado hasta tal
punto, que prácticamente llegó a la expropiación. Gran
parte del sur de Italia, Iliria, Macedonia y Grecia pasó a la administración
del patriarcado de Constantinopla. Todo esto supuso el fin de la Iglesia
imperial grecolatina, con la separación del elemento latino. El papado
se redujo a un obispado más del centro de Italia, que raramente entraría
en relaciones con la Iglesia griega. Sin embargo, no dejó de considerarse
a Bizancio como el poder legítimo de Italia.
La situación se hizo insostenible cuando Liutprando,
rey de los lombardos, sometió el Ducado Romano en el 739, amenazando
la misma Roma. Gragorio III, abandonado por Constantinopla, se volvió
hacia Carlos Marthel, mayordomo franco. Es el primer contacto mantenido con
los francos, con motivo de esta petición de ayuda[88], en un momento
de tensión iconoclasta con Bizancio y la amenaza lombarda. La veneración
que los pueblos germánicos tienen hacia Pedro .como portero del cielo.
llega a ser un factor notable en la búsqueda de uevas formas de relación
entre francos y papado. Sin embargo, en este momento (años 739-740)
se ve como lejana la posible alianza: Carlos Marthel estaba aliado a los
lombardos; ambos habían luchado juntos contra los sarracenos; además,
estaba enfermo, no pudiendo obtenerse de él grandes resultados; por
otra parte, el mayordomo no quería mezclarse en asuntos italianos.
LA situación del papa era, ciertamente, desesperada. La única
solución venía de pactar la paz, por lo que busca la intercesión
de los obispos del norte de Italia.
En el 741 muere Gregorio III sin conseguir los resultados apetecidos.
Zacarías (741-752) le sustituye. Es el último pontífice
de origen griego. Aporta una política hábil, tendente a un
acuerdo con lombardos y bizantinos. En un coloquio con Liutprando consigue
el acuerdo para una paz ventenal. Cuandoel rey lombardo amenace Rávena,
el papa .que había recibido la petición de ayuda por parte
del exarca y del obispo de aquella ciudad. llega a impedir el asedio. Esto
nos sirve para comprobar cómo el papa se sentía vinculado a
Bizancio, a pesar de las tensiones iconoclastas. Él mismo tradujo
los Diálogos de san Gregorio Magno al griego, con el fin de conseguir
un mayor entendimiento entre griegos y latinos. De todos modos, la política
de Zacarías no era progresista para ese momento: en el fondo quería
volver al orden clásico de relaciones entre emperador-papa, mientras
el curso de la historia apuntaba hacia otra dirección.
II. La elevación de Pipino a rey
Después de la muerte de Carlos Marthel, sus hijos, Carlomán
y Pipino el Joven, se dividen el poder. Sin embargo, Carlomán se retira
en el 747 a Montecasino, por lo que Pipino llega a ser único mayordomo
franco. En el 746 acude al papa sin el trámite de Bonifacio, proponiéndole
una serie de preguntas acerca del rango del metropolita, los obispos, el
celibato, los votos monásticos, detalles sobre la penitencia, el matrimonio,
etc. En el fondo venía a demostrar las preocupaciones de un cristiano
que se sentía responsable de su Iglesia. El Papa le contestó
rápidamente.
Poco después escribió (año 749) otra carta
al papa sobre la posición del mayordomo mismo. El rey no tenía,
en la realidad, ningún poder. ¿Era justo que reinase en estas
condiciones? Zacarías responde que es mejor llamar rey a quien tenga
el poder, a fin de que el orden no se resienta; por lo tanto, Pipino debía
ser rey. La respuesta del papa es parangonable a una decretal. Fue adoptado
como criterio decisivo el principio de idoneidad. No era un problema eclesiástico,
sino un asunto político. La sacralidad del rey franco derivaba de
la sangre .provenía, según su tradición, de una estirpe
mítica.. No era fácil sustituirlo, precisamente por su carácter
sacro. Sin embargo, esta sacralidad fue sustituida por otra, fundada sobre
la voluntad de Dios expresada a través del papa y sobre la unción
.que subrayaba el carácter sacro de la nueva dinastía; este
rito de la unción no lo tenían los merovingios.. Pipino es
consagrado en Soissons como rey de los francos por Bonifacio. Childerico
fue tonsurado e internado en un monaterio.
La unción del rey no había sido inventada por
los francos, sino por los visigodos, siendo también practicada por
los irlandeses. Es muy posible que los francos siguieran el modelo visigodo.
La inspiración la toman del Antiguo Testamento, en concreto del joven
David. Así es como Pipino recibe su legitimidad no de la etirpe, sino
de la «gracia de Dios». Es la primera vez que aparece esta expresión,
la gracia de Dios, para justificar un reinado.
Se discuten en la actualidad muchos detalles concernientes a
este hecho. Parece que la datación haya que retrasarla al año
751, en vez del 750. Por otra parte, no parece que fuera Bonifacio el obispo
consagrante, puesto que no aparece nada de esto en sus cartas, y esto parece
extraño debido a la importancia del hecho. Más bien habría
que pensar que fue Crodegando de Metz, confidente de Pipino, quien siguiera
este acto de coronación. Con todo, lo más importante es el
efecto del acontecimiento. Pipino, por la autoridad del papa, había
llegado a rey. Es un hecho importantísimo para toda la historia de
Europa y de la Iglesia en el Medievo.
III. Viaje del Papa al Reino franco
Entre el 753 y 3l 754 viaja el papa al Reino franco. La ocasión
de este primer viaje de un papa al reino de los francos era brindada por
la amenaza de los lombardos hacia Roma. Estamos en los tiempos de Astulfo,
rey más intransigente que Liutprando. Después de la conquista
de Rávena .tras la cual Astulfo pasó a vivir en el palacio
del exarca, dato éste de gran importancia simbólica., el rey
lombardo se propuso adueñarse de toda Italia. Esteba II (751-757)
se dirigió a Constantino V en petición de ayuda, pero el emperador
bizantino no envió sino tan sólo una delegación diplomática,
la cual tenía el cometido de exigir a Astulfo la restitución
de los territorios conquistados. Ante esta situación, el papa se dirigió
al rey franco, que tanto debía en su ascensión al trno al apoyo
del papa Zacarías. En el último instante llega una última
delegación bizantina. Contemporáneamente llegan también
dos oficiales francos con el fin de acompañar al papa a la Galia;
eran Crodegando de Metz y el duque Autcardo. El 14 de octubre del 753 se
acerca el papa a Pavía, junto con un oficial bizantino y los dos delegados
francos. Tras la tentativa ante el rey lombardo y el fracaso de la misma,
el papa se despide de los bizantinos y prosigue su viaje hasta la Galia.
Parece claro que el papa tenía la intención de
provocar la ruptura con Bizancio. En el 754, en la fiesta de la Epifanía,
se en cuentra el papa con Pipino en el palacio de Ponthion. El papa fue recibido
según el ceremonial bizantino. El rey se postró ante el papa,
ofreciéndole su servicio. Tenemos dos fuentes de este acontecimiento:
el Liber Pontificalis y los Annales Mettenses Priores, texto este último
que estaría compuesto hacia el año 805; ésta es la única
fuente que refiere la postración del papa ante el rey, lo cual es
un signo de cómo querían ver los francos su relación
con el papado.
Se concluye con un pacto de amistad, el cual significa la mutua
protección. El rey tenía necesidad del consenso de sus grandes
para poder llevar una campaña contra los lombardos, la cual sería
impopular entre los francos. El 1 de marzo del 754, en el palacio de Berny-Rivière
se reúne con su consejo, el cual se niega. El monje Carlomán
se acercó a la corte por mandato de su abad de Montcasino, con el
fin de impedir la petición del papa. De hecho, Pipino hizo internar
a su hermano en un monasterio franco. El 14 de abril de ese mismo año,
fiesta de la Pascua, Pipino, sus hijos y los grandes del Reino se reúnen
en el palacio de Quiercy para redactar un documento: la famosa Promesa de
Quiercy .promissio carissiaca., primer paso para la formación del
Estado Pontificio. Contenía la restitución del Exarcado .Rávena,
Ferrara, Bolonia, etc.. y de la Pentápolis .Rímini, Pesaro,
Fano, Sinigaglia y Ancona., territorios que habían pertenecido a los
bizantinos. No se hablaba entonces de .Estados Pontificios., sino de .Patrimonio
de San Pedro..
El 28 de julio agradece el papa al rey su empeño, coronándolo
y ungiéndolo de nuevo como rey de los francos. ¿Por qué
esta segunda unción? La importancia no estaba en la unción
en sí, sino en la dignidad del consagrante. El papa nombra Patricio
Romano a Pipino, dignidad que sólo poseía el exarca de Rávena,
la cual llevaba consigo la obligación de defender Roma de cualquier
peligro. Se firma una cláusula de grandes consecuencias, en la cual,
mediante pena de excomunión, se prohibe el acceso al trono de cualquiera
que no fuese de la estirpe carolingia, consagrada por manos del Pontífice
Romano. En agosto se pone Pipino en marcha contra los lombardos, a los que
consigue reducir: Astolfo es derrotado en Susa y sitiado en Pavía,
por lo que promete la devolución de Rávena y otras veintiuna
ciudades con sus tierras. Pipino regresó a la Francia y el papa a
Roma. Al poco tiempo Astolfo se arrepintió de su promesa, precipitándose
sobre Roma. Esteban II se dirigió de nuevo a Pipino, recordándole
la promesa de Quiercy. En el 756 irá de nuevo el rey franco contra
los lombardos, forzando a Astolfo a capitular: debía entregar la tercera
parte de su tesoro real, pagar un tributo anual a los francos y devolver
al papa las ciudades antes prometidas, más la de Comacchio, junto
al Po.
III. La donación de Pipino
En Quiercy se habían producido dos hechos muy importantes:
por una parte la ayuda militar y, por otra, una donación. Las conquistas
del rey franco en Italia concernían a territorios que pertenecieron
a Bizancio; no eran, pues, de dominio pontificio. Los bizantinos, de hecho,
esperaron su restitución. Pero Pipino declaró lo siguiente
al embajador bizantino: «No he salido a campaña sino por amor
a san Pedro y remisión de mis pecados, y jamás revocaré
la oferta hecha a san Pedro». Con la donación de Pipino comienza
la historia de los Estados Pontificios, los cuales estarían constituidos
por gran parte del Exarcado y la Pentápolis, además del Ducado
Romano, algunas ciudades limítrofes y Córcega. Los papas daban
mucha importancia a esta donación de Pipino, porque para ellos suponía
la única fuente de ingresos, los cuales servían para la manutención
de la numerosa población de Roma y el costoso mantenimiento de las
numerosísimas basílicas.
Los motivos de esta actitud están, según las fuentes,
en la devoción a san Pedro. El culto a san Pedro tenía antiguas
raíces en la Iglesia franca, la cual lo había recibido de los
misioneros anglosajones. En el caso de Pipino no dependemos de varias hipótesis,
sino de un testimonio muy preciso acerca de la fundación que hace,
en la propia basílica de San Pedro, de un altar particular junto al
Apóstol, con el fin de celebrar continuamente misas en favor de la
familia carolingia. El papa accede al traslado de las reliquias de santa
Petronila .considerada como hija de san Pedro. desde las catacumbas a una
capilla construida al sur de la basílica .mausoleo que se alzaría
con Pablo I.. Adquiriría una importancia capital para los Carolingios,
de tal manera que santa Petronila se convertía en una auxiliar especial
para los francos: para acceder a san Pedro, nada mejor que encontrar la recomendación
de su hija.
En los Annales Reges Francorum está reflejado el hecho
de que en el 756 Pipino confirma el derecho de san Pedro, redactando .sin
atender a los antiguos dueños. un documento de donación territorial
en favor del papa. En el Liber Pontificalis aparece, en la Vida de Adriano
I, cómo este papa recuerda a Carlomagno la donación de Pipino
(en la Pascua del 774). Esta coincidencia en las fuentes demuestra que Pipino,
al menos, había regalado algo. Sin embargo, en la concepción
papal .la de Adriano I. no estaba del todo cumplida su donación. Parece
que el papado no había insistido tanto en el cumplimiento de una promesa
cuanto en la ampliación del territorio regalado. La propiedad papal,
según el pontífice, añadiría a a la donación
de Pipino el Exarcado entero .incluso las ciudades de Imola, Bolonia y Ferrara.,
Córcega, Venecia, Istria, Espoleto y Benevento. Sin embargo, Pipino
no había nunca donado este territorio; era una pretensión que
el papado quería obtener de Carlomagno. Los francos no sólo
le habían dado protección al papa, sino además, ya en
este momento, vastos territorios de Italia. El papa regalaba a Carlomagno
la colección de cánones de Dionisio el Exiguo junto con las
Decretales pontificias, fuentes del Derecho eclesiástico.
IV. La leyenda de la donación constantiniana
Debemos distinguir entre esta última donación
y la de Pipino. Buscando los motivos de la donación de Pipino, los
estudiosos piensan en un documento apócrifo: el Constitutum Constantini,
el cual se habría dado supuestamente cuando Constantino, en el 330,
trasladó la capital del Imperio a Constantinopla. Hoy es indiscutible
su falsedad.
El falso se divide en dos partes: una confesio de fe de Constantino
bautizado; y una donatio .de donde viene el nombre al documento., la cual
enumera derechos transferidos por Constantino al Papa. El contenido es muy
simple, con aspectos netamente jurídicos. Constantino, enfermo de
lepra, acude a todos los médicos y sacerdotes paganos del Capitolio.
Estos últimos aconsejan abrir una zanja para verter en ella la sangre
de niños y, aún caliente esta sangre, bañarse el emperador
en ella. La noche anterior recibe Constantino una visión en la que
se le aconseja otra cosa: dirigirse al papa Silvestre. Así lo hizo
y fue curado. Esto es lo que le movería a tomar varias decisiones:
el papa tendría la preeminencia sobre los cuatro patriarcados .Antioquía,
Alejandría, Constantinopla y Jerusalén., así como de
las demás iglesias del mundo; el papa se trasladaba, desde la clandestinidad,
al palacio Lateranense, sumándose a esto la concesión de grandes
extensiones territoriales. Para que la dignidad pontificia no desmereciera
de la terrena, se le donaría el palacio lateranense, la ciudad de
Roma, toda Italia y Occidente. Constantino marchaba a Constantinopla porque
no veía conveniente que en el mismo lugar donde era constituido el
dominio de Cristo y de los sacerdotes habitara también el emperador.
Constantino, pues, habría concedido la potestad temporal sobre Roma,
Italia y todo Occidente. No se trataba de una pequeña parte de Italia,
sino de todo el Occidente: Constantino, emperador de Oriente, nombraba como
responsable de Occidente al papa. Se trata de una compilación de valor
hagiográfico, ejemplificativo, madurado en un ambiente italo-franco,
entre personas favorables a las buenas relaciones entre los francos y el
papado.
¿Dónde, porqué y cómo se ha producido
y se ha puesto en circulación? Parece que el testimonio manuscrito
más antiguo sobre este Constitutum no es anterior al 850 y está
en conexión con las falsas Decretales del Pseudoisidoro. Sobre la
datación del mismo, hoy se sigue discutiendo, si bien se tiende a
pensar que se habría dado entre la mitad del siglo VIII y la mitad
del IX, más precisamente al finales del siglo VIII. Su lugar de origen
sería Roma, en concreto la Cancillería Pontificia. Algunos
estudiosos ven una relación, un nexo de unión, entre los hechos
de Ponthion y la Constitutum: Esteban basaría su derecho de nombrar
Patricio de Roma a Pipino precisamente en este falso.
El influjo de este falso sobre el ulterior desarrollo del papado
es enorme. Algunos han querido ver en él como una carta magna de las
pretensiones del papado, pero esto parece una exageración. Con motivo
de la coronación de Otón I (siglo X) se manifiesta el conocimiento
que de este documento se tiene en la cancillería pontificia. El cardenal
Humberto de Silva Cándida, en 1053, lo usa en confrontación
con los griegos .no olvidemos que Constantino era venerado por la Iglesia
griega como santo.. La utilización de este documento fue uno de los
motivos del cisma de 1054. Los papas del Medievo hicieron de él un
argumento central para sus reivindicaciones territoriales. Así lo
hicieron Inocencio III y Gregorio IX, si bien fueron muy cautos a la hora
utilizar el documento para reivindicar el primado religioso: tenían
que evitar que pareciera el primado una donación también de
Constantino. Inocencio IV, en su enfrentamiento con Federico II (1248), hace
pintar los caracteres más sobresalientes de este documento en la capilla
de San Silvestre, apareciendo las escenas de la curación de Constantino
y la donación a Silvestre .la intencionalidad de estas pinturas era
clamaramente política contra el emperador del momento..
La donación fue considerada como auténtica durante
todo el Medievo, aunque no faltaron reservas en cuanto a la validez del documento
.no en cuanto a su autenticidad.. Así, or ejemplo, Arnold de Brescia
(siglo XII) y algunos grupos heréticos la refutan no por razones de
tipo histórico, sino por su rechazo a una Iglesia rica y su deseo
de volver a la Iglesia primitiva: la donación sería el gran
pecado de la Iglesia .entre estos grupos contestatarios estaban los valdenses..
El primero en intuir su falsedad formal es el cardenal Nicolás Cusano
(1433). Lorenzo Valla, en 1440, también documenta su falsedad. Al
principio, sin embargo, no se abrió camino esta demostración;
habrá que esperar a 1518-1519 cuando en el entorno de Lutero se difunda
esta visión revisionista. Se produjo entonces una lucha entre defensores
y detractores. El cardenal Baronio (+1607) sostuvo que sí había
una donación de Constantino, pero que el documento era falso, hecho
or los griegos y traducido al latín. Por fortuna, en nuestros días
se ha cerrado esta discusión.
V. La Iglesia franca después del 754
Después de la muerte de san Bonifacio se divide su herencia
espiritual. La administración de la abadía de Fulda pasa al
abad Sturm, sustituto de Bonifacio que tuvo que defender enérgicamente
su independencia frente a otro discípulo de Bonifacio, Lul .anglosajón..
Obispo de Maguncia, el cual extiende el dominio de Maguncia mediente la incorporación
de otras pequeñas diócesis. La posición privilegiada
que tuviera Bonifacio pasa ahora a Crodegango de Metz, franco, que había
servido en la cancillería de Carlos Marthel. En el 753 acompaña
a Esteban II al reino franco, lo cual demuestra que era un hombre de confianza
de Pipino. Recibe el pallium de manos del papa y sucede a Bonifacio como
arzobispo de la Iglesia franca. De su persona estamos bien informados, siendo
un promotor de la edificación de la Iglesia y un hombre que mostró
comprensión hacia la vida ascética.
En este tiempo se da un hecho muy importante para los clérigos
de Metz: la introducción de la vida canónica, a un nivel muy
parecido al de los monjes: se trataba de la vida común entre el clero.
La Regula Canonicorum, primera que se escribe de este género e inspirada
en san Benito, será muy influyente.
Signo de la continuidad de las reformas de Bonifacio es la convocatoria
de sínodos, como el de Attigny en el 763, donde se concluye solemnemente
con una unión de oración al uso de la Iglesia en Inglaterra.
Todos se obligaban por contrato a asistir a la muerte de cada persona con
un número determinado de oraciones, lo cual se haría demasiado
gravoso en su ejecución. Se reafirmó este uso en el sínodo
de Dingolfing.