MISIÓN DE SANTA MARÍA MAGDALENA
Restos del Padre Kino
Por sendas carreteras con
bellos paisajes desérticos se llega a este pequeño poblado,
ubicado en la región norte del estado de Sonora, en la antigua Pimería
Alta. El Padre Kino lo fundó como misión en 1687 y lo recorrió
por completo para difundir su pensamiento e ideología, dejando a su
paso monumentos, costumbres y una rica gastronomía que en conjunto
forman un estilo de vida tranquilo.
El ambiente de Magdalena de Kino es sencillamente mágico.
Caminar por sus cálidas calles (se recomienda visitarlo en invierno)
es retroceder en el tiempo y vivir la armonía del desierto que parece
atemporal. Además, este destino posee uno de los santuarios religiosos
más importantes del noroeste del país y exquisitos cortes de
carne que deleitan a cualquier viajero.
Este pueblo, cuyos habitantes eran nativos tohono o'odham y
los indios pima alto, fue fundado por el padre Kino como la misión
de Santa María Magdalena de Buquivaba en 1687, nombre que conservó
hasta 1966. En 1711, el padre jesuita Agustín de Campos inauguró
aquí una capilla dedicada a San Francisco Javier. Para el evento invitó
al padre italiano Eusebio Francisco Kino quien, durante la misa, cayó
enfermo y pocas horas después murió. El misionero fue sepultado
en la misma capilla y sus restos fueron encontrados en 1966. Desde entonces
están expuestos al público en un mausoleo dentro de la ciudad.
Frente a éste se levanta una bonita iglesia construida por los franciscanos
entre 1830 y 1832.
Un imperdible de este destino es la capilla de San Francisco
Javier, construida por jesuitas, y el mausoleo dedicado al padre Kino, donde
sus restos se pueden ver a través de ventanas de vidrio y que compone
uno de los santuarios más importantes del estado. El templo se ubica
a un costado del Templo de Santa María Magdalena, la cual fue construida
en el sitio de la misión original que fundó Kino y que se sitúa
en la Plaza Monumental, uno de los puntos más agradables y tranquilos
del pueblo.