SAN MAPALICO
250 d.C.
19 de abril
El emperador Decio, el año
249, para acabar con los cristianos, ordenó que todos participaran
en los sacrificios a los dioses del Imperio y que comieran de lo sacrificado,
so pena de ser encarcelados y torturados. Lo que él buscaba era conseguir
la apostasía, no tanto la muerte. Muchos cristianos apostataron. Mapalico
pidió al juez que se dejara en libertad a su madre y a su hermana
que habían apostatado. Pero fue detenido y, por negarse a abandonar
su fe, lo torturaron con tal crueldad, que murió en medio de los tormentos.
A su memoria se une la de otros santos que confesaron igualmente
con su martirio la fe en Cristo, a saber: Basio, en una cantera; Fortunio,
en la cárcel; Pablo, en el tribunal; Fortunata, Victorino, Víctor,
Heremio, Crédula, Hereda, Donato, Firmo, Venusto, Frutos, Julia, Marcial
y Aristón, todos ellos en la cárcel a consecuencia del hambre
y abandono que padecieron. San Cipriano, en sus escritos, canta su fortaleza
y ejemplo. Murieron el año 250 en África.