24 de mayo
El nombre de "Auxiliadora"
se le daba ya en el año 1030 a la Virgen María, en Ucrania (Rusia),
por haber librado aquella región de la invasión de las tribus
paganas de los pequeneques. Desde entonces en Ucrania se celebraba cada año
la fiesta de María Auxiliadora ("Pokrow") el 1 de octubre.
El Papa Pío V en 1572 ordenó que en las letanías de la Virgen se añadiera el título de "Auxiliadora de los Cristianos", y esto en recuerdo de una gran intervención de la Madre Celestial en favor de los católicos al hacerles ganar la terrible batalla de Lepanto (1571) contra un ejército muy superior de los enemigos de nuestra religión.
En 1624 los católicos del sur de Alemania (Baviera) empezaron a invocar a la Virgen con el título de Auxiliadora para que los defendiera de la herejía protestante que venía del norte. El grito de lucha de los católicos alemanes era siempre "María Hill" (María auxílianos) y en todos los pueblos y ciudades se encontraba la imagen de María Auxiliadora del artista Lucas Granah. Admirablmente toda esa región logró conservase católica y así lo es hasta el día de hoy.
En Innsbruk, Alemania, los católicos hicieron una promesa a la Virgen, de honrarla con el título de "Auxiliadora" si terminaba pronto la desastrosa guerra de los Treinta Años. Poco después llegó la paz y se levantaron más de setenta sitios de culto con el título de "María Auxiliadora".
En 1683 los católicos obtuvieron de gran victoria contra los mahometanos en Viena cuando ya el país estaba a punto de caer en manos de tan sanguinarios enemigos que amenazaban destruir nuestra religión, y eran superiores en número. La victoria se obtuvo después de haber rezado los ejércitos católicos el Santo Rosario y haber comulgado. Desde entonces fundaron la Asociación de María Auxiliadora, en la cual se inscribían todos los que que querían propagar la devoción a la Virgen Santísima. Reyes, emperadores, cardenales, sabios, militares y comunidades enteras se inscribieron en dicha asociación que aún existe en más de 50 países y que tiene representación en cada uno de los 1,300 colegios de los Padres Salesianos en el mundo, por recomendación de San Juan Bosco.
En 1814 el Papa Pío VII quedó libre cuando menos lo pensaba de la cárcel en la que lo tenía prisionero Napoleón. El Pontífice había prometido a la Madre Celestial que el día en que llegara libre a Roma lo declararía Fiesta de María Auxiliadora, y como el día de su llegada a la Ciudad terna fue el 24 de mayo, desde entonces por orden del Papa la fiesta de María Auxiliadora se celebra dicho día: 24 de mayo.
En el año 1862 la Virgen se aparece a San Juan Bosco y le comunicaba que desea que la honren con el título de "Auxiliadora". Luego le señala el terreno donde le debe construir un gran templo y le dice: "Esta será mi casa, de aquí saldrá mi gloria".
Cuando San Juan Bosco empezó a propagar el título de Auxiliadora, fue tal la explosión de milagros que la Madre de Dios obró en favor de los devotos que la honraban con este nombre, que según los biógrafos más serios y autorizados, no fueron menos de 800 los que se obtuvieron en tiempos de este Santo. Por ejemplo, salud irremediablemente perdida que se recobraba sin explicación médica. Tentaciones atroces que desaparecían o eran admirablemente vencidas. Hogares que recobraban la paz, hijos que volvían inexplicablemente al hogar, negocios que prosperaban contra toda esperanza y almas de pecadores que volvían a una vioda de santidad. 25 años duró Don Bosco difundiendo la devoción a la Santísima Virgen bajo el nombre de "Auxiliadora" (1863-1888). Ahora hay en el mundo unos 35,000 templos dedicados a María Auxiliadora, y el Concilio Vaticano reafirmó solemnemente esta advocación. Los Pontífices Juan XXIII y Juan Pablo II han dicho repetidas veces que desde pequeños han invocado a la Madre de Dios bajo el amable título de "Auxiliadora".
Y ya al final de su vida San Juan Bosco escribió: "Próximo al fin de mis días gozo inmensamente al ver que en vez de disminuir los favores que María Auxiliadora dispensa a sus devotos, aumentan día por día en todas partes".
El Papa Pío V en 1572 ordenó que en las letanías de la Virgen se añadiera el título de "Auxiliadora de los Cristianos", y esto en recuerdo de una gran intervención de la Madre Celestial en favor de los católicos al hacerles ganar la terrible batalla de Lepanto (1571) contra un ejército muy superior de los enemigos de nuestra religión.
En 1624 los católicos del sur de Alemania (Baviera) empezaron a invocar a la Virgen con el título de Auxiliadora para que los defendiera de la herejía protestante que venía del norte. El grito de lucha de los católicos alemanes era siempre "María Hill" (María auxílianos) y en todos los pueblos y ciudades se encontraba la imagen de María Auxiliadora del artista Lucas Granah. Admirablmente toda esa región logró conservase católica y así lo es hasta el día de hoy.
En Innsbruk, Alemania, los católicos hicieron una promesa a la Virgen, de honrarla con el título de "Auxiliadora" si terminaba pronto la desastrosa guerra de los Treinta Años. Poco después llegó la paz y se levantaron más de setenta sitios de culto con el título de "María Auxiliadora".
En 1683 los católicos obtuvieron de gran victoria contra los mahometanos en Viena cuando ya el país estaba a punto de caer en manos de tan sanguinarios enemigos que amenazaban destruir nuestra religión, y eran superiores en número. La victoria se obtuvo después de haber rezado los ejércitos católicos el Santo Rosario y haber comulgado. Desde entonces fundaron la Asociación de María Auxiliadora, en la cual se inscribían todos los que que querían propagar la devoción a la Virgen Santísima. Reyes, emperadores, cardenales, sabios, militares y comunidades enteras se inscribieron en dicha asociación que aún existe en más de 50 países y que tiene representación en cada uno de los 1,300 colegios de los Padres Salesianos en el mundo, por recomendación de San Juan Bosco.
En 1814 el Papa Pío VII quedó libre cuando menos lo pensaba de la cárcel en la que lo tenía prisionero Napoleón. El Pontífice había prometido a la Madre Celestial que el día en que llegara libre a Roma lo declararía Fiesta de María Auxiliadora, y como el día de su llegada a la Ciudad terna fue el 24 de mayo, desde entonces por orden del Papa la fiesta de María Auxiliadora se celebra dicho día: 24 de mayo.
En el año 1862 la Virgen se aparece a San Juan Bosco y le comunicaba que desea que la honren con el título de "Auxiliadora". Luego le señala el terreno donde le debe construir un gran templo y le dice: "Esta será mi casa, de aquí saldrá mi gloria".
Cuando San Juan Bosco empezó a propagar el título de Auxiliadora, fue tal la explosión de milagros que la Madre de Dios obró en favor de los devotos que la honraban con este nombre, que según los biógrafos más serios y autorizados, no fueron menos de 800 los que se obtuvieron en tiempos de este Santo. Por ejemplo, salud irremediablemente perdida que se recobraba sin explicación médica. Tentaciones atroces que desaparecían o eran admirablemente vencidas. Hogares que recobraban la paz, hijos que volvían inexplicablemente al hogar, negocios que prosperaban contra toda esperanza y almas de pecadores que volvían a una vioda de santidad. 25 años duró Don Bosco difundiendo la devoción a la Santísima Virgen bajo el nombre de "Auxiliadora" (1863-1888). Ahora hay en el mundo unos 35,000 templos dedicados a María Auxiliadora, y el Concilio Vaticano reafirmó solemnemente esta advocación. Los Pontífices Juan XXIII y Juan Pablo II han dicho repetidas veces que desde pequeños han invocado a la Madre de Dios bajo el amable título de "Auxiliadora".
Y ya al final de su vida San Juan Bosco escribió: "Próximo al fin de mis días gozo inmensamente al ver que en vez de disminuir los favores que María Auxiliadora dispensa a sus devotos, aumentan día por día en todas partes".