Maria Teresa Serri, en
la religión María Diomira del
Verbo Encarnado (Génova, 23
de febrero 1708 - Fanano 14
de enero de 1768), fue una
monja italiana, monja
y abadesa
del monasteriocapuchino Fanano (Modena).
La Venerable Sor María Diomira del Verbo Encarnado
nació en Génova 23 de febrero 1708, por Hans Serri y
Thérèse Curty de Friburgo. Después de una estancia
en Friburgo, Suiza, la casa de su madre fue su primera comunión
en la Iglesia de San Mauricio de Friburgo, el Domingo de Pascua 1717.
Se educó en las monjas benedictinas de Pisa, la
ciudad donde su familia se había mudado. Se dedicó desde
asistencia chica de los enfermos y moribundos.
Sufrió grandes mortificaciones de la carne y
según la tradición fue el estigma que se
manifestaría en ella por primera vez a los 22 años,
mientras se acercaba a la Eucaristía en la iglesia de los
caballeros de Pisa.
Era
incierto si acepta la invitación de la capuchina de Citta di
Castello, pero luego decidió siempre a la capuchina Fanano,
Modena en la montaña, en una estructura por siglos relacionados
con la Abadía de Nonantola. Fue admitida en Fanano 05 de octubre
1730, vistiendo el hábito religioso el 01 de noviembre 1730.
Tres años después, en 1733, tomó los
votos y tomó el nombre de Hermana María Diomira del Verbo
Encarnado. Como agradecimiento pidieron al Señor que ser capaz
de liberar las almas en el purgatorio. Escuchando su solicitud y
permitirá a muchas almas para ser liberado del purgatorio, en su
mayoría pertenecientes a la orden de San Francisco y para el
resto de la gente común de las cuales la gran duquesa Beatrice
Violante de Baviera
Fue elegida por las hermanas como abadesa, que jugó
el papel durante muchos años no sin conflicto con las
autoridades de la iglesia a la que la hermana Diomira siempre mantuvo
una actitud de disciplina y obediencia.
Sor María del Verbo Encarnado Diomira sopla 14 de
enero 1768, diciendo: "No, nunca he tenido suficiente saciaré
fijar nuestros ojos en Jesús Cómo bendiga esas pocas
dificultades sufridas por su causa.".
Las heridas grabadas en su carne reaparecen poco
después de su muerte. Las Hermanas y los fieles de todo el
Frignano a ver "el santo" han visto, brillando en la sangre. A
través de su intercesión se obtienen gracias y
curación, especialmente para madres embarazadas, lactantes o
madres.
El 21 de diciembre 1901 el Papa León XIII
abrió el proceso de beatificación en la
Congregación para las Causas de los Santos, y declaró
venerable.