Nació 06 de enero 1814; consagró a
Dios joven, dedicándose con toda la energía, la
elevación cristiana de las clases bajas.
Con el asesoramiento y la orientación de
su padre barnabita Tomás Manini, párroco de San Carlos en
Catinari, Elena Bettini se inició en 1832 en una
Congregación de Maestre dedicada a la enseñanza de las
niñas pobres.
La institución tomó el nombre de "Hijas de
la Divina Providencia" y añadió el nombre de María
a ella, como generalmente lo hacen las monjas; el propósito
de la institución era nuevo y atrevido a Roma, hasta entonces la
educación era el privilegio de las clases altas y la
burguesía, las dificultades que hay que superar son enormes.
Falló el apoyo del Padre Manini, se trasladó
a Turín y abandonado por los primeros compañeros, Madre
María Elena, perseverado confiando en la Providencia, alentado
por el cardenal vicario de Roma y por el mismo Papa Pío IX.
La confianza que las autoridades de la Iglesia
tenían en ella, permitió que más tarde fueron
asignados dos asignaciones, que ella aceptó la obediencia porque
podían distraerla de su trabajo original.
Uno de ellos fue la reforma del Conservatorio
de la Inmaculada Concepción en el Trastevere, que dio la
bienvenida a las niñas huérfanas de cólera de 1854
a 1855; el
otro era la dirección de la Casa Pía de la Caridad, que
con el mismo fin, se había fundado después de la
cólera previa de 1837, por s. Vicente Pallotti en
Borgo S. Agata.
Después de trece años volvió a su
Instituto, donde tuvo el disgusto de ver destruida por el plan, la
primera casa en la Via dei Falegnami; por lo que se
trasladó a Testaccio, un barrio carente de cualquier tipo de
asistencia religiosa y moral; las
hermanas fueron capaces de transformar poco a poco con varias
organizaciones benéficas y de servicios: escuelas, estufa,
guardería para los bebés, las pías uniones.
Y este apostolado entre la gente humilde se
mantuvo característico de las Hijas de la Providencia, que la
ejerce hoy en varias casas en las afueras de Roma, en Italia y en
Chile. El fundador de la madre María Elena Bettini, murió
una muerte santa 21 de diciembre 1894 y su cuerpo descansa en la
capilla de la Casa Madre en Testaccio. La causa para su
beatificación fue introducida 27 de julio 1951 y el decreto
sobre sus virtudes no fue del 15 diciembre de 1994.
Página
Principal
(Samuel Miranda)