Lucía Cavallo nació el día 18 de noviembre de 1913 en la aldea rural Roata Chiusani del municipio de Centallo (provincia de Cuneo); sus padres eran unos pobres ciudadanos que criaron a sus seis hijos con muchísimo sacrificio. A la muerte de su madre, Lucía tenía doce años de edad y tuvo que quedarse sola en la casa con sus hermanos pequeños y así, los años de su primera juventud transcurrieron con sus obligaciones familiares y aunque intimamente su deseo era consagrarse totalmente al Señor, las evidentes dificultades familiares no lo consentían. Con solo veinte años de edad, el 3 de noviembre de 1933 Lucía fue aceptada en la Casa Madre de las “Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad” en Tortona, fundada por San Luís Orione (1872-1940).
Toda su vida transcurrió en el Instituto Paverano, donde estaban hospitalizadas unas quinientas enfermas físicas y mentales y un grupo de huérfanas. Tenía solo treinta y dos años de edad cuando le fue diagnosticada una poliartritis reumatica, pero sin embargo, independientemente del tratamiento que recibía sus condiciones generales se fueron deteriorando quedando especialmente afectado su corazón, que siguió debilitándose mostrando signos alarmantes. Su vida transcurría alternando crisis y debilitamiento, pero cada vez a peor y entonces no existían los trasplantes de corazón. El 14 de agosto de 1947 recibió la Unción de los enfermos y el 15 de agosto emitió la profesión perpetua en su Congregación.
Murió el día 5 de octubre de 1947 en la Casa de la Congregación en Genova, no solo dejando rota su joven vida de treinta y cuatro años de edad, sino la conciencia de una vida heróica impregnada de la espiritualidad que don Orione había transmitido a su Congregación como forma de santificarse. El proceso para su beatificación se inició el día 2 de octubre del año 1986 y prosigue rápido en la competente Congregación Vaticana.