BEATO MAXIMINO FERNANDEZ MARINAS
1936 d.C.
5 de agosto
Nació en Castañedo,
Valdés, Luarca (Asturias) el 2 de noviembre de 1867 y fue bautizado
al día siguiente. Profesó en Ocaña el 9 de septiembre
de 1885 y, solemnemente, en Ávila el 9 de septiembre de 1888. Enviado
a Filipinas en 1892, recibió el presbiterado en Manila en 1893. Ejerció
el ministerio sacerdotal en Cagayán, al Norte de Luzón, durante
seis años; en 1898 durante la guerra de la independencia de Filipinas
cayó en poder de las tropas insurgentes y sufrió muchas privaciones
hasta que en 1899 lo pusieron en libertad y regresó a Manila. En mayo
de 1902 embarcó para España, muy enfermo, y fue llevado a Ocaña.
Dos años después, al colegio de Santa María de Nieva
(Segovia). En 1914 fue vicario provincial en España y más tarde
visitador de las casas de la Vicaría. Pasó en 1919 a Italia
y ejerció el ministerio del confesionario en los santuarios de Pompei
y Madonna del Arco. Fue ecónomo y sacristán en el convento
de la Santísima Trinidad de Roma (1919-1920). En septiembre de 1920
volvió a España y residió en Ocaña hasta 1936,
con largas ausencias por razón de ministerios que le encomendaron:
capellán y vicario de las monjas dominicas de Santa Inés, de
Zaragoza (1927-1931); director de retiros espirituales en los conventos de
dominicas de Olmedo (Valladolid) y Ajofrín (Toledo).
En mayo de 1936 volvió a Ocaña para proteger a
los Padres ancianos que allí residían. Lo recordaban como muy
bueno y celoso. Asaltado el convento el 22 de julio, corrió la suerte
de sus mencionados hermanos, Manuel Moreno y compañeros, pero quedó
mortalmente herido en la estación de Atocha de Madrid, el 5 de agosto.
Lo ingresaron semiinconsciente en el hospital provincial, cerca de la estación,
con once balas en el cuerpo. Falleció al cabo de diez días,
el 15 de agosto, a los 68 años, tras un suplicio atroz, en medio del
mayor abandono y burlas, pero "con laureles de martirio físico y moral",
como escribió un religioso de las Escuelas Cristianas, testigo de
vista.