BEATO MIGUEL TOMASZEK
1991 d.C.
9 de agosto




   El seno de la familia católica y la presencia de los Franciscanos en el cercano Santuario de Rychwald, marcaron desde temprana edad el camino del joven Miguel. Tal vez por eso eligió al Seminario Menor de los Franciscanos en Legnica como lugar de su educación secundaria.

   Superando las primeras dificultades, propias de cada alumno, logró buenos resultados gracias a su constancia, esfuerzo y dedicación. Los años de estudio en el Seminario fueron además tiempo de una profunda reflexión acerca del camino a seguir que dio como fruto la decisión de servir a Dios como hijo de San Francisco.

   Muchos dones de su rica personalidad salieron a la luz ya en el Noviciado que empezó en el año 1980 en Smardzewice. La profesión de los votos le abrió el camino para empezar los estudios de filosofía y teología en el Seminario Mayor de los Padres Franciscanos Conventuales en Cracovia. Fue allí precisamente donde afloraron en toda su plenitud las cualidades personales con las cuales Dios lo había enriquecido y que él supo cultivar desde su infancia. Profesó sus votos solemnes el ocho de Diciembre del año 1984 en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y el merecido título de Maestría en Teología selló su preparación para el sacerdocio. La ordenación sacerdotal que recibió el día 23 de Mayo de 1987 ha hecho de él un instrumento de Dios al servicio de todos los que buscan la Palabra Divina.

  Sus primeros pasos como sacerdote los dio en la parroquia de Piensk. Luego de dos años de fructífero trabajo se ha cumplido su anhelado sueño de ser misionero. Los superiores aceptaron su petición de viajar al lejano país del Perú a la recién fundada misión de Pariacoto en los Andes peruanos donde ya se encontraban los Padres Jarosław Wysoczański y Zbigniew Strzałkowski. Así se formó la pequeña y joven comunidad franciscana en la que pudo poner en práctica lo mejor y más hermoso de sus carismas: el amor y la preocupación por los niños. En poco tiempo se ganó el cariño y respeto de los pequeños a los cuales enseñaba los caminos de Jesús y de su Evangelio atendiendo con amor y paciencia sus grandes problemas.

   El gozo con el que anunciaba el Evangelio trajo como fruto la corona del martirio. Fue asesinado por los terroristas de Sendero Luminoso la noche del 9 de Agosto del año 1991 poco después de celebrar su última misa junto con el Padre Zbigniew Strzalkowski. Se apago la vela de sus vidas y se encendió la antorcha de la inmortalidad.

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(Samuel Miranda)