BEATO MIGUEL ZARRAGUA ITURRIAGA
1936 d.C.
22 de septiembre
Fr. Miguel Zarragua Iturrizaga
era el más anciano del grupo, seguido de cerca por el P. José
María Azurmendi. Nació en Yurreta (Vizcaya) el 11 abril de
1870; sus padres, católicos fervientes, lo llevaron aquel mismo día
a bautizar y le pusieron el nombre de León. A los diecinueve años
dejó el mundo e ingresó en el Colegio de Misioneros de Chipiona
(Cádiz), donde recibió el hábito franciscano como hermano
laico el 6 de septiembre de 1889, circunstancia en la que tomó el
nombre de Miguel. Al año siguiente, cumplido el noviciado, hizo la
profesión de votos simples y, tres años después, el
9 de septiembre de 1893, la de votos solemnes.
Permaneció aún dos años en el Colegio de
Nuestra Señora de Regla, hasta que los superiores lo destinaron a
la Misión de Marruecos, hacia la que partió el 24 de noviembre
de 1895. En Marruecos permaneció casi once años ocupado en
las tereas domésticas de las casas a que lo enviaron. El 10 de noviembre
de 1906 volvió al Colegio de Chipiona. De 1911 a 1915 estuvo de familia
en el convento de Lebrija (Sevilla), y luego regresó al de Chipiona,
donde se distinguió, en 1918, por la heroica abnegación con
que cuidaba a las muchas personas afectadas por la grave epidemia de gripe
que aquel año causó tantas muertes en España y en otras
partes del mundo. A principios de 1919 fue destinado al convento de Fuente
Obejuna en el que permaneció hasta su muerte, encargado de la sacristía,
siendo con su vida un hermano ejemplar para los frailes, y de gran edificación
para los fieles.
Era un modelo de hermano laico franciscano: humilde, afable,
tenaz, tranquilo y sereno, marcado por una gran mansedumbre y dulzura seráfica,
que le valieron tanto en Marruecos como en España fama de auténtica
santidad. Coronó su santa vida del modo más digno y acorde
con su espíritu: recibiendo la palma del martirio en el cementerio
de Azuaga, al alba del día 22 de septiembre de 1936, cuando tenía
66 años de edad y 47 de vida religiosa.