MILAGRO EUCARÍSTICO DE FERRARA
1171
En la Basílica de Santa
María en Vado todavía es custodiada la reliquia del Milagro
Eucarístico ocurrido en el 1171. Alrededor del siglo VII la devoción
de los fieles por la Virgen de "San Lucas", a la que fueron atribuidos muchos
milagros, elevó justo sobre el paso del río "Ferraruolo" una
pequeña Iglesia que tomó el nombre de "Santa María del
Vado".
El 28 de marzo de 1171, el prior de los Canónigos Regulares
Portuensi, el Padre Pedro de Verona, estaba celebrando la Misa Pascual, siendo
asistido por tres hermanos (Bono, Leonardo y Aimone). En el momento de la
fracción, la Hostia consagrada salpicó un flujo de Sangre,
llegando a manchar visiblemente la bóveda que estaba sobre el altar.
Las historias narran "el sagrado terror del celebrante y la
inmensa maravilla del pueblo que desbordaba la iglesita". Muchos testimonios
afirmaron haber visto que la Hostia asumía el color de la Sangre y
que en ella se dejaba ver claramente la figura de un niño. El Obispo
Amato de Ferrara y el Arzobispo Gerardo de Ravenna fueron informados del
Prodigio, pudiendo constatar ellos mismos la Sangre impregnada en el techo,
es decir, "la Sangre que en forma muy viva teñía de rojo la
pequeña bóveda del altar".
La iglesia se convirtió muy pronto en meta de peregrinaciones.
Fue restaurada en varias ocasiones y ampliada por orden del duque Hércules
I d’Este, a partir del año 1495. Son muchos los testimonios que hablan
del Milagro, entre ellos, el más importante es la Bula Pontificia
del Papa Eugenio IV (30 de marzo de 1442). En ella, el Pontífice menciona
el Prodigio haciendo referencia a los testimonios de los fieles y a las antiguas
fuentes históricas. El manuscrito de Gerardo Cambrense, conservado
en la Biblioteca Lamberthiana de Canterbury, es el documento más antiguo
(1197) que narra el Prodigio. El historiador Antonio Samaritani ha recuperado
estas narraciones en su reciente obra Gemma Eccelsiastica. Otro documento
de importancia es la Bula del Cardenal Migliorati del 6 de marzo de 1404.
En ella se conceden indulgencias a "quien visitará la iglesia y rendirá
honores a la Sangre Prodigiosa".
Aún hoy, el 28 de cada mes, en la Basílica de
San Gaspar del Búfalo, los Misioneros de la Preciosísima Sangre,
ofician la Adoración Eucarística en memoria del Milagro. Cada
año, en preparación a la fiesta del Corpus Domini, se celebra
la solemnidad de las Cuarenta horas. En 1971 ha sido celebrado el octavo
centenario del Milagro.