MILAGRO EUCARÍSTICO DE IVORRA
1010 d.C.



    En el siglo XI surgieron por toda Europa algunas herejías que atacaban la verdad de la presencia real de Jesús en la Eucaristía. El sacerdote de Ivorra, Bernat Oliver, se dejó influenciar por ellas dudando también él de la realidad de la transustanciación. Precisamente, mientras estaba celebrando la Misa sucedió un Milagro. El vino que había sido vertido en el cáliz se convirtió en Sangre que se derramó sobre el mantel de altar, llegando hasta el piso. El Obispo di Urgell, San Ermengol, enterado de la noticia, se dirigió a Ivorra para constatar personalmente el Milagro. Luego, gracias a él, la noticia llegó también a Roma, a oídos del Papa Sergio IV, quien firmó una Bula pontificia en la cual certificaba el Milagro. Las Reliquias del Prodigio y el documento mencionado fueron colocados en la parte superior del altar mayor de la iglesia parroquial de Ivorra, intitulada a San Gugat e inaugurada en el año 1055 por el Obispo Guillem de Urgell. Actualmente las Reliquias sagradas se conservan en un relicario gótico del año 1426. Allí están depositados el mantel de altar teñido de Sangre y otras Reliquias, donadas por el Papa Sergio IV a San Ermengol.

   En 1663, se edificó el actual Santuario con el fin de acoger la gran cantidad de peregrinos que acudían cada año para venerar el Milagro. Hasta hoy, todos los años se celebra en el segundo domingo de Pascua la fiesta llamada de "la Santa Duda", recordándonos así la duda del sacerdote de Ivorra, Bernat Oliver y el gran Milagro ocurrido.

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(Samuel Miranda)