SAN NICECIO DE BESANCON
610 d.C.
8 de febrero
Estudiando el catálogo
episcopal de Besançon. L. Duchesne había propuesto considerar
el nombre de Migetius como una simple corrupción de Nicetius. Por
tanto, según el prestigioso investigador, Nicecio habría sido
sucesor de san Donato, y habría ocupado la sede de Besançon
a mediados del siglo VII. Pero estudios más recientes de B. de Vregille
inducen a aceptar los datos proporcionados por el Catálogo Episcopal
de Besançon, que indica a Nicecio como predecesor de san Protadio;
habría sido entonces obispo de Besançon hacia fines del siglo
VI e inicios del VII.
Se conocen poquitísimos datos sobre san Nicecio y su
actividad episcopal en una ciudad y en una provincia que fatigosamente comenzaba
a reconstruirse luego de la ocupación de las tribus alamanas. Los
textos hablan de su talento oratorio y de su gran caridad. Según algunos
historiadores, habría participado en el 602 en un concilio cuyas actas
se han perdido. Uno de los catálogos episcopales lo indica como décimo
sexto obispo de Besançon, y añade que fue contemporáneo
y amigo del papa san Gregorio Magno. Sobre ese mismo catálogo una
mano posterior agregó que construyó en la ciudad episcopal
la iglesia de San Pedro.
Durante su episcopado, en el territorio de la diócesis
san Columbano organizaba su monasterio de Luxeuil. B. de Vregille hace notar
que, a pesar de lo que dijeran los biógrafos del siglo XI, nada impide
creer que los obispos de Besançon, entre los cuales estuvo Nicecio,
se hayan mostrado más que reticentes frente a las libertades que se
tomaba san Columbano, en especial en el conflicto por la celebración
de la Pascua. Los obispos de la región recelaban de las costumbres
y ritos irlandeses que había traído san Columbano, y en el
602 lo llamaron a juicio, pero el santo no acudió, y se limitó
a pedirles por carta que se ocuparan de problemas más importantes...
El biógrafo de Columbano, Jonás de Bobbio, que voluntariamente
pone de manifiesto los gestos de buena voluntad hacia el santo, no alude
en absoluto a los obispos de Besançon, pero es posible que sea allí
donde haya tenido los mayores problemas, puesto que allí residió
durante veinte años.
Nicecio murió con toda probabilidad hacia el 610, y fue
sepultado en la iglesia de San Pedro. Su nombre fue inscripto en el Martirologio
de Besançon, y en las letanías de la diócesis. Su fiesta
se comenzó celebrando el 8 de febrero en San Pedro, con misa solemne
y procesión, pero enseguida fue transferida al 31 de enero. Hoy la
diócesis de Besançon la festeja de nuevo el 8 de febrero, con
oración propia. Le están dedicadas tres parroquias, respectivamente
en la diócesis de Besançon, de St-Claude y de Angerans, donde
en un tiempo fue especialmente festejado.