SAN NOÉ, Patriarca
18 de noviembre


   
   Personaje bíblico. En su calidad de elegido por Dios para perpetuar la humanidad tras el diluvio, Noé aparece dentro de la tradición bíblica como origen de todas las razas del mundo, por medio de sus hijos Sem, Cam y Jafet, y como cabeza de la genealogía semítica.

   Según el Génesis, Noé era hijo de Lamek y pertenecía a la novena generación después de Adán. Patriarca noble y piadoso, cuando Dios decidió eliminar la corrupción de los hombres sobre la tierra enviando el diluvio, escogió a Noé para salvaguardar el futuro de la raza humana. Tras advertirle de lo que iba a ocurrir, Dios ordenó a Noé que construyera según sus instrucciones un arca capaz de flotar sobre las aguas y que guardara en ella una pareja de cada especie animal. Finalmente, Noé, su esposa y sus tres hijos con sus mujeres entraron en el arca y sobrevino el diluvio, que duró cuarenta días.

   Cuando dejó de llover, Dios estableció una alianza con Noé y sus hijos «para que no sea exterminada ya más toda carne por las aguas del diluvio, de manera que no haya más diluvio que destruya la tierra» (Génesis 9:11). Renovó además los preceptos impuestos en la creación, con dos variaciones: los hombres podrían matar y comer animales, y el hombre que diera muerte a otro sería castigado por sus semejantes.

   Posteriormente Noé, el primer agricultor, descubrió casualmente el vino y, al probarlo, «se embriagó y quedó desnudo en medio de su tienda» (Génesis 9:21). Mientras Sem y Jafet lo tapaban respetuosos, Cam se burló de su padre. Noé maldijo entonces al hijo de aquél, Canaán, a ser esclavo de la estirpe de Sem, los semitas, de cuyo tronco brotaría el pueblo de Israel. Sobre esta base los israelitas reivindicaron históricamente su derecho a la tierra de Canaán (Palestina y Fenicia). En el Corán, el libro sagrado de los musulmanes, aparece también la figura de Noé (Nuj), a quien el Islam considera como uno de los profetas.

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(Samuel Miranda)