NUESTRA SEÑORA DE LA VANG
1798-1878 d.C.
Vietnam tiene una larga historia
de persecución contra la Iglesia. Durante gran parte del siglo XVIII,
la nación se vió aguerrida por constantes luchas por el poder.
La región del norte del reino cayó bajo la autoridad de los
lores de la familia Trinh, mientras que en el reinado del sur la nobleza
de los Nguyen se hicieron del poder. A medida que el siglo XVIII se acercaba
a su final, ambos regentes eran abatidos y amenazados por insurrecciones
campesinas y nacientes fuerzas rebeldes.
La más peligrosa entre todas las insurrecciones fue
guiada por tres hermanos de Tay Son. En corto tiempo estos depusieron tanto
a los lores Nguyen como a los Trinh, para restablecer la unidad nacional por
primera vez desde la caída de la dinastia Le. Uno de los hermanos Tay
Son fue coronado Rey Quang Trung. En 1792 murió y su hijo, el Rey
Canh Thinh, ascendió al trono.
Mientras tanto, Nguyen Anh continuaba la lucha insurgente
en reclamación de su trono. Años antes, en 1777, pudo escapar
de las fuerzas rebeldes de Tay Son y encontró refugio en la isla de
Phu Quoc, donde Monseñor Pierre Pigneau de Behaine, de la Sociedad
de Misiones Extranjeras, dirigía un seminario para jóvenes
de países vecinos. El obispo le persuadió a buscar ayuda del
rey Luis XVI de Francia.
El Rey Canh Thinh conocedor de que Nguyen Anh recibía
apoyo del misionero francés y preocupado de que los católicos
vietnamitas ratificaran ese reinado, comenzó a restringir la práctica
de los católicos en el país. El 17 de agosto de 1798, el Rey
Canh Thinh emitió un edicto anti-católico y una orden para
destruir todos los seminarios e iglesias católicas. Una gravísima
persecución de católicos vietnamitas comenzó y duró
hasta 1886.
Aun después que Nguyen Anh triunfó en la reclamación
del trono siguió la persecución. También con el Rey
Gia Long (1802-1820), Rey Ming Mang (1820-1840), Rey Thieu Tri (1841-1847)
y el Rey Tu Duc (1847-1884). El último emperador Nguyen continuó
su vehemente campaña contra los católicos, ordenando castigos
que se extendían desde marcarles las caras como si fueran ganado
hasta la pena de muerte, usando variados métodos de crueldad para
los vietnamitas católicos y para los sacerdotes misioneros.
Fue durante este gran período de sufrimiento
cuando Ntra Sra de Lavang vino al pueblo de Vietnam. El nombre Lavang se
cree se origina por el nombre de una remota foresta en la región central
de Vietnam (ahora conocida como Ciudad de Quang Tri) donde abunda un tipo
de árbol que lleva el nombre: La' Vang. También se dice que
su nombre viene de la palabra vietnamita que significa "Súplica",
por los desesperados gritos de auxilio de ese pueblo católico en persecución.
La primera aparición de Ntra Sra de Lavang fue conocida
en 1798, cuando la persecución de los vietnamitas católicos
comenzó. Muchos católicos del cercano pueblo de Quang Tri
buscaron refugio en las profundidades de la foresta de Lavang. Un gran número
de estas gentes sufrieron del frío, del acecho de las bestias salvajes,
enfermedades de la selva y hambruna. Por las noches se congregaban en pequeños
grupos para rezar el Santo Rosario y para orar. Inesperadamente, una noche
fueron visitados por la aparición de una bella Señora que
vestía un largo manto, sostenía un niño en sus brazos
y tenía dos ángeles a su lado. Reconocieron a la Señora
como a Nuestra Santísima Madre.
Nuestra Santísima Madre los confortó y les enseño
como hervir las hojas de los árboles a su alrededor
para usarlos como medicina. También les dijo que desde ese día
en adelante, todo aquel que viniese a ese lugar para orar, sus oraciones
serían escuchadas. Esto tomó lugar en un área de prado
cerca de un
viejo árbol baniano donde los refugiados oraban. Todos los presentes
testimoniaron el milagro. Después de esta aparición, la Santísima
Madre continuó apareciéndosele muchas veces a los fieles en
el mismo lugar a través del período de casi un siglo de persecución
religiosa. Entre los muchos grupos de católicos vietnamitas que fueron
quemados vivos por su fe se encuentra un grupo de 30 fieles que fueron apresados
después de salir de su refugio en la foresta de Lavang. Haciendo
caso a su súplica fueron llevados a la pequeña capilla de
Lavang donde fueron inmolados. Lavang es así tierra de mártires.
Desde el tiempo en que Ntra. Sra. de Lavang apareció
por primera vez, el pueblo que tomó refugio allí levantó
una pequeña y desolada capilla en su honor. Durante los años
siguientes, su nombre se esparció entre la gente de la región
y otros lugares. A pesar de su retirada ubicación en las altas montañas,
grupos de fieles continuaban penetrando las profundidades y los peligros
de la selva para honrar a Ntra. Sra. de Lavang. Gradualmente, los peregrinos
que iban con hachas, lanzas, cañas y tambores para ahuyentar a las
bestias salvajes fueron remplazados por otros llevando estandartes, flores
y rosarios. Las peregrinaciones sucedían todos los años a
pesar de la continua campaña de persecución.
En 1886, después de que la persecución oficialmente
cesó, el obispo Gaspar ordenó edificar una iglesia en honor
a Ntra. Sra. de Lavang. A consecuencia de su remota emplazamiento y la limitación
de fondos llevó 15 años completar la iglesia de Lavang. Fue
inaugurada por el obispo Gaspar en una ceremonia solemne donde participaron
más de 12,000 personas y duró desde agosto 6 a agosto 8 de
1901. El obispo proclamó a Ntra. Sra. de Lavang como Protectora de
los Católicos.