NUESTRA SEÑORA DE LA ALTAGRACIA
República Dominicana

Nuestra Señora de la Altagracia

   Nuestra Señora de la Altagracia o Virgen de la Altagracia es una advocación católica considerada como la madre protectora y espiritual del pueblo dominicano. Su fiesta patronal es el 21 de enero y día festivo/no laborable en la República Dominicana, donde muchos fieles devotos de la virgen van desde todo el territorio dominicano hasta su templo en Higüey a rendirle culto.

   Existen varias versiones sobre el origen y la llegada de Nuestra Señora de la Altagracia a la República Dominicana y el porqué de su veneración en el país. Esta devoción se inició en el país durante el período colonial, cuando los viajes de Cristóbal Colón, aunque también fue paseada por otras regiones del mundo.

   Algunos historiadores y párrocos de la Iglesia Católica mencionan que a partir del 12 de mayo de 1502 es llevado a cabo una parroquia en la Villa de Salvaleón de Higüey, bajo las órdenes del obispo de Santo Domingo García Padilla, ya que en esa época habían llegado a Higüey los hermanos Trejo: Alonso y Antonio, quienes habrían traído la imagen de la Virgen de la Altagracia al país; éstos provenían de Plasencia, localidad de la Comunidad Autónoma Extremadura, España; fue en Extremadura en la localidad de Siruela donde la virgen se le apareció a un agricultor sobre un árbol de ahí su nombre -la más Alta Gracia venida de los cielos-. Es también venerada en Garrovillas de Alconétar, otra localidad extremeña, donde la leyenda cuenta que la santísima virgen se le apareció a una niña sobre una gran piedra.

   Otra versión es la del canónigo Luís Gerónimo de Alcocer, quién escribió acerca de la llegada de la Virgen a la colonia. En su relación de 1650, De Alcocer dice lo siguiente:

   “La imagen milogrosa de nuestra Señora de Altagracia está en la villa de Higüey, como treinta lenguas de la Ciudad de Santo Domingo; son innumerables las misericordias que Dios Nuestro Señor a obrado y cada día obra con los que se encomiendan a su Santa imagen: consta que la trajeron a esta isla dos hidalgos naturales de Pacencia en Extremadura, nombrados Alonso y Antonio de Trejo que fueron de los primeros pobladores de esta isla, personas nobles como consta de una cédula del Rey Don Felipe Primero, año de 1506, en que encomienda al Gobernador de esta isla que los acomode y aproveche en ella, y habiendo experimentado algunos milagros que había hecho con ellos la pusieron para mayor veneración en la iglesia parroquial de Higüey, adonde eran vecinos y tenían haciendas.

   Parece que no quiere Dios Nuestro Señor que salga de aquella villa, porque a los principios embiaron por ella el Arzobispo y cabildo de la Catedral y se desapareció de un arca adonde la traian cerrada con veneración y cuidado y el mesmo tiempo se apareció en su iglesia de Higüey adonde solía estar; está pintada en un lienzo muy delgado de media vara de largo y la pintura es del nacimiento y está Nuestra Señora con el Niño Jesús delante y San José a sus espaldas. Y con haber tanto tiempo tiene muy vivos los colores y la pintura como fresca; van en romería a esta santa imagen de Nuestra Señora de Altagracia de toda isla y de las partes de las Indias que están más cerca y cada día se ven muchos milagros que por ser tantos ya no se averiguan ni escriben, algunos en señal de agradecimiento, los hacen pintar en las paredes y otras parte de la iglesia y con ser los menos ya no hay lugar para más; son muchas las limosnas que se hacen a esta santa iglesia y así está bien proveída de ornamentos y tiene muchas lámparas de plata delante de su santa imagen”. Canónigo Luís Gerónimo de Alcócer (relación del año de 1650).

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(Samuel Miranda)