NUESTRA SEÑORA DE PONTANMAIN
17 de enero
Advocación mariana
dedicada a la Nuestra Señora de la Esperanza, que se celebra principalmente
en la Bretaña francesa, en la localidad de Pontanmain. Su festividad
es el 17 de enero. Desde el 19 de Julio de 1870, Francia y Prusia (actual
Alemania) entran en guerra. Anteriormente el kaiser Guillermo I había
hecho la guerra contra Dinamarca (1865) y Austria (1866). El ejército
prusiano avanzaba, victoria tras victoria. La situación era tan mala
que el ejército francés comenzó a reclutar jóvenes
sin experiencia militar de la zona cercana a la línea de defensa.
Antes que los jóvenes de Pontanmain se fuesen, el párroco los
confesó, celebró la santa misa y recibieron la comunión.
A mediados de enero del 1871 el ejército prusiano dominaba
dos terceras partes de Francia y estaba a pocas millas de la villa de Pontanmain
(unos 500 habitantes). En la zona se desató una epidemia. El 17 de
enero, a eso de las 12:30, hubo un terremoto en Pontanmain. Todo iba mal.
La gente escondía sus pertenencias para evitar que cayesen en manos
de los prusianos. Decían desesperados: "Para qué rezar. Dios
no nos oye".
El Padre Guerin, que había sido el párroco por
35 años y había reconstruido la iglesia destruida por la Revolución
Francesa, pidió a los niños que orasen a la Virgen por protección.
Entre esos niños había dos hermanos muy piadosos. Ellos comenzaron
el martes, 17 de enero, sirviendo de monaguillos en la Misa, recitando el
rosario y haciendo las estaciones de la cruz por las intenciones del hermano
mayor que había sido reclutado por el ejército francés.
Esa noche misma noche uno de los hermanos, Eugenio Barbadette,
de 12 años de edad, salía del establo de su familia cuando
vio en el cielo una hermosa señora, en el aire, unos 20 pies por encima
de los techos. La señora tenía un vestido azul oscuro cubierto
de estrellas doradas, un velo negro y una corona de oro. Sus brazos extendidos
como en la medalla milagrosa pero sin los rayos. Eugenio se quedó
mirándola con asombro por unos 15 minutos. Cuando su padre y su hermano
de 10 años, José, salieron del establo, Eugenio grito: "¡Miren
allí! ¡Encima de la casa! ¿Qué ven?" José
describió a la Señora tal cual como lo hizo Eugenio. Pero el
padre no la vio y les ordenó con severidad que regresen al establo
a preparar el alimento de los caballos. Sin embargo, un poco después,
el padre les dijo que salieran y mirasen de nuevo. Otra vez la vieron. José
repetía: "¡Qué bella es!, ¡Qué bella es!"
La madre de los niños, Victoria Barbadette, vino entonces y le dijo
a José que se callara porque estaba llamando la atención de
los vecinos. Sabiendo que los niños eran honestos y no mentían,
ella dijo: "Es quizás la Virgen Santísima quien se os aparece.
Ya que la ven, recemos cinco padrenuestros y cinco avemarías en su
honor".
Después de recitar las oraciones en el establo, para
no llamar la atención, la señora Barbadette preguntó
a sus hijos si todavía veían a la Señora. Cuando dijeron
que sí, ella fue a buscar sus lentes y regresó con su hermana
Louise, pero ninguna de las dos vio a la Señora. Entonces la Sra.
Barbadette acusó a sus hijos de mentirosos.
La Sra. Barbadette llamó a las hermanas religiosas y
le advirtió a sus hijos: "Las hermanas son mejores que ustedes. Si
ustedes ven, ellas ciertamente también verán." La hermana Vitaline
no pudo ver a la Virgen pero ella sabía que los niños eran
honestos. Entonces fue a la casa de un vecino y le pidió a dos niñas
pequeñas, Francoise Richer (11 años) y Jeanne-Marie Lebosse
(9) que fueran con ella. Las niñas vieron a la Virgen y la describieron
igual que los niños.
Llega entonces la Hermana Marie Edouard y al escuchar lo que
decían las niñas, fue a buscar al Padre Guerin y a otro niño,
Eugenio Friteau (6 años y medio). Eugenio también vio a la
Virgen. Para entonces había unas 50 personas reunidas. Agustín
Boitin, un niño de sólo 25 meses quiso alcanzar la Virgen y
dijo: "¡El Jesús! ¡El Jesús!" Sólo estos
seis niños podían ver a la Virgen. Los adultos no podían
ver a la Virgen pero sí las tres estrellas que aparecieron junto a
la Virgen.
Descripción de la aparición
-Un halo se apareció alrededor de la Virgen.
-Cuatro velas aparecieron, dos a la altura del hombro y dos a la altura de
la rodilla.
-Una pequeña cruz roja, del tamaño de un dedo apareció
sobre el corazón de la Virgen.
La Virgen puso triste porque la gente no creía a los
niños y estaban discutiendo. Entonces el padre Guerin les pidió
que se callaran y rezaran. Dijo: "Si solo los niños la ven es porque
ellos son mas dignos que nosotros" La gente se arrodilló y rezaron
el rosario. La expresión de la Virgen demostraba que ella estaba atenta
a las oraciones. Gradualmente esto causó que la Virgen apareciera
mas alta y bella.
Rezaron el rosario y el Magnificat. Gradualmente apareció
bajo los pies de la Virgen un mensaje en letras doradas que los niños
deletrearon en voz alta: "Pero, Recen mis hijos"
La Hermana Marie Edouard entonces dirigió a los presentes en el canto
de las letanías de la Santísima Virgen. El mensaje continuó:
"Dios pronto os concederá lo que piden" Llegó la noticia de
que el ejército enemigo estaba en Laval, muy cerca de Pontanmain.
El mensaje del cielo continuó: "Mi Hijo se deja conmover"
Cuando los niños anunciaron este mensaje, el Padre Guerin
le pidió a todos que cantaran un himno de alabanza. La Hermana Marie
Edouard dijo, "¡Madre de Esperanza, tan dulce nombre, protege nuestro
país, ruega por nosotros, ruega por nosotros!" Los niños exclamaban:
"¡Que bella es!!"
Al final del himno, el mensaje desapareció. La gente
entonces cantó un himno de arrepentimiento y reparación a Jesús.
Entonces lo niños exclamaron: "¡Miren, se está poniendo
triste otra vez!"
Frente a la Virgen apareció un crucifijo color de sangre.
Encima de este, una inscripción en letras mayúsculas y rojas
con un fondo blanco: "JESUCRISTO". La Virgen miraba a la Cruz y sus labios
temblaban de emoción. José recordó ese momento toda
su vida y escribió: "Unos meses mas tarde vi a mi propia madre sobrecogida
de dolor por la muerte de mi padre". Uno sabe cuanto esa escena puede afectar
el corazón de un niño. Sin embargo, recuerdo que pensé
que la angustia de mi madre no era nada en comparación con la de la
Virgen María.
Mientras rezaban llegó un carretero con la noticia de
que los prusianos habían tomado la cercana ciudad de Laval. La gente
respondió, "Aun si (los prusianos) estuviesen a la entrada del pueblo,
ya no debemos temer!" A las 8:30 p.m., la gente cantó, "Ave, Maris
Stella," y el crucifijo desapareció. Ella de nuevo sonrió y
dos pequeñas cruces aparecieron sobre sus hombros. Ella bajó
sus manos y un velo blanco la fue cubriendo desde los pies hasta la corona.
Alrededor de las 8:45 p.m., los niños dijeron: "ha terminado".
Durante el tiempo preciso de la aparición, el general prusiano Von
Schmidt, que estaba listo para arrasar con el pueblo de Laval en dirección
a Pontanmain, recibió órdenes del alto mando de no tomar la
ciudad. La invasión de la Bretaña nunca se efectuó ya
que el 28 de enero, 11 días después de la aparición,
se firmó el armisticio entre Francia y Prusia.
La intercesión milagrosa de la Madre trajo la paz. Los
38 soldados de Pontanmain regresaron sin un rasguño. Los dos niños,
Eugenio, 12, y José, 10, se hicieron sacerdotes; una de las niñas
Jean-Mary Lebossé se hizo monja, y la otra, Francisca, maestra. Los
niños sufrieron agravios. Jeanne-Marie, el 10 de marzo de 1871 el
general Charette fue a verla, desenvainó su espada y, presionándola
contra el cuerpo de la niña, le dijo: "Si mientes, hija, te voy a
matar. Tu no viste nada". Ella respondió: "Pero no puedo decir que
no vi nada". Mas tarde un monseñor amenazó a los videntes y
los impresionó haciéndoles creer que eran culpables de un sacrilegio.
Pero la Iglesia reconoció la aparición.
RECONOCIMIENTOS:
En la fiesta de la Purificación, 2 de febrero, 1872, el obispo Wicart
de la diócesis de Laval, publicó una carta pastoral otorgando
aprobación canónica a la aparición.
El Papa Pío XI concedió la misa y el oficio en honor a Nuestra
Señora de la Esperanza de Pontmain.
La Virgen fue coronada solemnemente por el Cardenal Verdier, Arzobispo de
París el 24 julio de 1934.
En la actualidad hay una Basílica de Nuestra Señora de la Esperanza
en Pontmain. Esta aparición demuestra el poder de la oración
de intercesión hecha con la humildad y sencillez de los niños.