SANTA MARÍA MAGDALENA
Protectora ante las tribulaciones y calumnias



Oraciones

Oración1

   Glorioso modelo de penitencia y no de una penitencia tímida que se recata, que se disimula, sino de una penitencia intrépida, resuelta, generosa; que obtiene la victoria más completa, el triunfo más cabal sobre los respetos humanos, el amor propio y el orgullo; te acompañamos con humilde espíritu a la casa del fariseo, donde está Cristo, en donde no avergonzándote de aparecer arrepentida, y sí sólo de haber sido pecadora, te postrarte a los pies de Jesúcristo, ungiste con aromas sus pies y con tus cabellos hermosos los enjugaste, purificando tu boda, mil veces manchada con palabras de pasiones ardientes, con las señales de santo afecto y ternura, besando los pies del Señor. Haz que a imitación tuya venzamos el más grande obstáculo   que se opone a nuestra conversión y penitencia y que nos hace descuidar nuestro más importante negocio, la salvación de nuestras almas. Amén.


Protectora ante las tribulaciones y calumnias

   ¡Oh, piadosa enamorada del Salvador!, espejo brillante y vivo ejemplo de verdadera conversión y sincero arrepentimiento; regla y modelo de la vida contemplativa, que durante 33 años viviste en la soledad, ignorada del mundo y escondida a sus miradas; gustando los movimientos interiores y suaves afectos del amor divino. Gran Santa que sólo en Jesús encontrabas tu amor, tu paz y tu consuelo, que mereciste anunciar a los Ápostoles la Resurrección de nuesttro Redentor, alcánzame que merezca una centella de aquel amor ardiente que tuviste a Jesús y la gracia de morir invocando los dulcísimos nombre de Jesús y de María. Amén.

Oración 3

   Señor, Dios nuestro: Cristo, tu Unigénito, confió a María Magdalena la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual; concédenos a nosotros, por su intercesión y ejemplo, anunciar siempre a Cristo resucitado y verle un día glorioso en el Reino de los cielos. Amén.

Oración 4

   Glorioso ejemplo de penitencia, María Magdalena, cuyo pecado en el mundo fue el amor, y a él debiste el triunfo de vuestra conversión venciendo todos los obstáculos que a ella se oponían por el amor, mereciendo que el Salvador del mundo te dijese aquellas palabras de muchos pecados te serán perdonados porque has amado mucho; haz que nosotros te imitemos en la pronta, generosa y eficaz conversión tuya, alejando, cual tú hiciste, las pasiones en una edad en que tu corazón se hallaba vivo y ardiente para el placer, cuando por curiosidad fuiste a ver y oít al Salvador del mundo y le seguiste sin vacilar; haz que nosotros a imitación tuya, le sigamos y lo abandonemos todo para servirle y amarle eternamente. Amén.

Oración 5

   Glorioso ejemplo de penitencia, María Magdalena, que tan pronto conociste el estado lastimoso de tu alma no esperaste en que Dios te abrió los ojos, y la gracias movió tu corazón, tiempo más oportuno, ni ocasión más favorable ni lugar distinto que hiciera menos ruidosa tu conversión y sacrificio, renunciando al orgullo de las riquezas, a la vanidad de tu nacimiento, a los encantos de tu hermosura, a los placeres del mundo para llorar pasadas culpas, haz que nosotros, que te hemos imitado en el pecado, desprendidos de todos los afectos impuros, te imitemos en tu sincero y admirable arrepentimiento. Amén.

Oración 6

   Glorioso modelo de penitencia, que recibiste del Señor muestras de su divina bondad, haz que el Señor nos oiga y atienda nuestras súplicas: Jesús, esta alma que amas, redimida por tu preciosa Sangre, admitida al Santo Bautismo, a la participación de la Comunión eucarística, flaquea, desfallece, está enferma y sino acude a Ti, se muere. Haz que por medio de la gracia nuestras almas resuciten a la vida y salgan del pecado como Lázaro salió del sepulcro. Amén.

Oración 7

   María Magdalena, te pido me ayudes a reocnocer a Cristo en mi vida evitando las ocasiones de pecado. Ayúdame a lograr una verdadera conversión de corazón para que pueda demostrar con obras, mi amor a Dios. Amén.

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(Samuel Miranda)