BEATO PABLO DE AMBROSIS DE COPRANI
1489 d.C.
24 de enero
Nació en Cropani (Catanzaro,
Italia) en el seno de una antigua familia. La vida del beato Pablo signó
profundamente a su familia. Se narra que su madre le ayudaba en la asistencia
de los pobres. En 1450 decidió ingresar en el convento dedicado al
Santísimo Salvador de la Tercera Orden Regular franciscana, fundada
poco tiempo antes a las afueras de Cropani. Pablo fue, sobre todo, un hombre
de oración, humildad, obediencia y ascesis. Cuando era niño
se distinguía por su fervor tanto que sus campesinos lo llamaban “el
Ángel”.
No quiso ser ordenado sacerdote, pero por obediencia, en el
1458, fue ordenado sacerdote. Aunque tenía más inclinación
a la penitencia y la contemplación por de su fama de santidad, muchísimas
personas iban a escuchar sus consejos y a recibir consuelo. Tuvo gran predicamento
en confortar a las almas afligidas y a reconciliar desavenencias familiares.
Se dice que tenía el don de penetración de espíritu
de tal modo que cuando iban a pedirle consejo, ya conocía sus cuitas
más profundas.
Por su sabiduría, fue nombrado guardián del convento;
como tal hizo florecer la disciplina regular y la observancia, más
con el ejemplo que con la palabra. En 1488, cuando murió su padre,
mientras celebraba misa en la iglesia de Santa María de la Consolación
en Roma, fue envuelto en una nube, que le hizo invisible a los presentes.
Cuando después apareció el superior le preguntó lo que
había sucedido y respondió que había ido a Coprani para
dar el último beso a su padre difunto.
Pablo quiso volver a la condición de completa soledad.
Eligió retirarse al eremo de Santa María del Espíritu,
en Scavigna donde pudo dedicarse a la oración, contemplación
y ascesis con la radicalidad que deseaba. Un día sufrió unas
fiebres que lo postraron en su “lecho” e intuyendo que se acercaba su fin,
recibió los últimos sacramentos y exhortó a la comunidad
que fueran fieles al espíritu de san Francisco de Asís en la
pobreza y en el amor. Murió con una sonrisa, como si estuviera en
éxtasis. Las reliquias del beato son objeto de gran culto en la parroquia
de Cropani donde tiene culto litúrgico y donde se han realizado muchos
milagros.