PARROQUIA SAN JACINTO TENANITLA
Reseña histórica de la Parroquia
de San Jacinto Tenanitla
Época Prehispánica
El barrio de “Tenanitla” (que significa: junto a la muralla
de piedra), era un pueblo tributario de Coyohuacan. No se conoce la fecha
de su fundación, pero se sabe que estuvo habitado desde 1332 por los
chalcas y tepanecas y más tarde fueron sometidos por los mexicas que,
hacia 1418 ya dominaban completamente en esta zona.
Los habitantes de Tenanitla se dedicaban a las artesanías
y al cultivo de los campos, también proveían de leña
a Coyohuacan, pues las faldas de los cerros cercanos mostraban gran riqueza
arbórea.
Época colonial
A la llegada de los españoles
y después de la caída de Tenochtitlan, en 1522 se formó
el primer ayuntamiento de México en Coyoacán, bajo el gobierno
de Pedro de Alvarado, siendo la primera capital de la Nueva España.
Hernán Cortés inició desde Coyoacán
la reconstrucción y reorganización de lo que sería después
el Virreinato de la Nueva España. Cortés recibió el
título de “Marqués del Valle de Oaxaca” por decreto del emperador
Carlos V, el cual también anexó todos los terrenos circundantes
de Coyoacán al territorio de dicho marquesado. Dentro de las encomiendas
recibidas, debía comenzar lo más pronto posible las tareas
de evangelización entre los lugareños de aquellas zonas por
lo que Cortés invita a los frailes dominicos, recién llegados
a la Nueva España en 1526, a iniciar dicha labor.
En 1529 los frailes de Santo Domingo fundan en la plaza principal
de Coyoacán, una Iglesia dedicada a San Juan Bautista, como centro
de su expansión evangelizadora por la zona, desde donde irán
estableciendo doctrinas y casas de residencia para los frailes.
Hacia 1535 los dominicos erigen en el poblado de Tenanitla una
ermita dedicada a la Virgen del Rosario (advocación característica
de la Orden), la cual se convertirá en una doctrina (centro de evangelización),
desde la cual comienzan la evangelización en los pueblos aledaños
(Tizapán, Tlacopac, Tetelpan, Ocotepec, Aculco, Atlitic y Chimaliztac).
Para 1554 el barrio crece y se expande con una población
aproximada de 1400 habitantes dedicados fundamentalmente a la agricultura;
la pequeña ermita es transformada por una capilla más grande
que será convertida en una casa de “visita” de la Orden Dominicana,
por la que transitaban los frailes que eran enviados a la zona para evangelizar.
Será hasta 1596, cuando llegan a la Nueva España
las noticias de la canonización de San Jacinto (canonizado en 1594
por el papa Clemente VIII), cuando los frailes movidos por el regocijo del
nuevo santo de su Orden, deciden dar a la capilla este nombre, comenzando
también la construcción de un convento en los terrenos aledaños
a la capilla, terminado hacia el año de 1602 independizado de la jurisdicción
del convento de San Juan Bautista Coyoacán.
Probablemente hacia 1618 o 1619, es constituida en jurisdicción
parroquial, dado que en los archivos parroquiales, el primer registro de
bautismo asentado data del mes de agosto de 1619.
Hasta el año de 1754, la orden de los dominicos tendrá
bajo su cuidado la parroquia, entregándola en ese año al clero
Diocesano (secular) debido a los conflictos surgidos con los carmelitas del
convento del Carmen de San Ángel.
Con las leyes de Reforma, los terrenos del convento de San Jacinto
fueron confiscados por el gobierno en 1827, dejando sólo en funciones
la Iglesia, un pequeño claustro y una parte de lo que actualmente
es el atrio.
Época contemporánea.
El 7 de octubre de 1979, el Excmo. Sr. Don Ernesto Corripio
Ahumada, Arzobispo Primado de México, constituye lo que es hoy “La
VI Vicaría Episcopal San José”, teniendo como primera sede
administrativa y litúrgica la Parroquia de San Jacinto. Es designado
como primer Vicario Episcopal el Señor Obispo Francisco Ma. Aguilera,
obispo auxiliar de México.
La parroquia de San Jacinto fue un referente muy importante
en la vida pastoral de nuestra VI Vicaría, al haber albergado por
veinte años la sede administrativa y litúrgica de la Vicaría.
El 7 de octubre de 1999, las oficinas vicariales se trasladan a lo que es
hoy la nueva sede litúrgico-administrativa: La Parroquia de la Esperanza
de María en la Resurrección del Señor.