BEATO PEDRO RUIZ ORTEGA
1937 d.C.
4 de abril
Hijo de Epitacio y Adela,
era natural de Vilviestre de Muñó (Burgos) y había nacido
el 11 de enero de 1912. Pedro tuvo trece hermanos, de los que sobrevivieron
nueve, uno de los cuales, Gerardo, fue también religioso de la Sagrada
Familia. Probablemente alumno del Patronato de San José junto con
alguno de sus hermanos, fue acogido por su fundador y director don Valentín
Palencia y en septiembre de 1925, lo acompañó en un viaje a
Barcelona junto con otros diez alumnos que deseaban ingresar a la Congregación.
Con su hermano Gerardo y otro joven entró en el colegio Nazareno de
Blanes en calidad de aspirante a la vida religiosa y sacerdotal del Instituto.
El día 25 de septiembre de 1927 vistió el hábito religioso
e inició el noviciado en el colegio Sagrada Familia de Les Corts,
precisamente el mismo día en que profesaba su hermano, que no perseveró.
Entre sus compañeros figuraba José Vila, que moriría
mártir también. Era maestro de novicios el padre Ramón
Oromí, secretario general. Al año siguiente hizo la profesión
religiosa en el noviciado y escolasticado de Les Corts, junto con José
Vila entre otros.
Cursó los estudios de filosofía y teología
bajo la dirección del padre Martín Millet como prefecto y entre
noviembre de 1930 y diciembre de 1935 fue recibiendo las órdenes sucesivas
hasta el exorcistado. Tuvo, con otros compañeros, la fortuna de asistir
a la primera sesión del proceso para la causa de Canonización
del Padre Manyanet que se celebró en la capilla del palacio episcopal
de Barcelona, el día 17 de julio de 1931. Pedro Ruiz era un muchacho
bueno, sano de pensamiento y de costumbres. Más bien listo y destacado
en su amor por los estudios. De temperamento alegre y jovial pero con seriedad.
Amaba mucho su vocación religiosa y sacerdotal en el Instituto, cuya
misión por la familia en la educación e instrucción
apreciaba y valoraba. Tenía muchos deseos de ser sacerdote. Encontró
la muerte precisamente al intentar alcanzarlo. Era piadoso y observante,
muy amante de la disciplina y fiel, hasta el punto de haber sido nombrado
viceprefecto de los escolares jóvenes. Era entusiasta, emprendedor
y activo, sabiendo organizar y amenizar al grupo de niños o de jóvenes.
La revolución de 1936 sorprendió al hermano Pedro
Ruiz en la casa de verano de Mosqueroles, con el padre José Vila,
recién ordenado sacerdote, 12 escolares filósofos y un coadjutor,
en período de vacaciones, en calidad de viceprefecto. Debido a la
huelga general habían quedado incomunicados con el Padre General,
residente en Barcelona y los demás religiosos. A primeros de agosto,
a pie, por el bosque o en tren, la mayor parte de ellos consiguió
llegar a casa de alguno de sus familiares o conocidos. Los últimos
en salir fueron el hermano Casimiro Roca con el padre José Vila y
el hermano Pedro Ruiz. Llegados a Sant Julià, obtuvieron pases del
comité para llegar hasta Vic, en donde descansaron un par de días
en casa de la hermana del padre Vila y, con nuevos pases, partieron hacía
Manresa y luego hacia Mura, donde el hermano Pedro Ruiz estuvo hospedado
en varias casas mientras se ofrecía a cualquier trabajo para ayudar
a las familias que le mantenían. Durante la estancia en Manresa, se
les juntó el hermano Pedro Roca y, movidos por el mismo deseo, decidieron,
junto con los jóvenes manresanos Pablo Roca y Francisco Rossinyol
y el padre de familia José Pons, emprender la aventura de intentar
cruzar los Pirineos y llegar hasta Roma para continuar los estudios eclesiásticos
y ordenarse sacerdotes.
El 1 de abril de 1937, después de haberles celebrado
misa el padre Magín Morera y de haber recibido la comunión,
emprendieron camino hacia Berga, siendo detenidos y hechos prisioneros una
hora más arriba de La Pobla de Lillet. Pedro Ruiz y los demás
fueron enviados al comité de Manresa, y de ahí, rápidamente
a la prisión del convento de San Elías, de donde salieron para
ser asesinados en el cementerio de Montcada, probablemente el 4 de abril
de 1937. Contaba con 25 años de edad y 9 de vida religiosa. Su cadáver
fue echado en la fosa común y su desaparición se inscribió
en el Juzgado de Barcelona.