PENTECOSTALES
El pueblo los llama «aleluyas»
por repetir continuamente «Aleluya». Su origen remoto está
en el metodismo y en las Iglesias de Santidad del siglo XIX: predicadores
populares que recorrían los pueblos de Estados Unidos, llenos de entusiasmo
y emocionalismo e invitando a la conversión.
Su origen inmediato se sitúa a principios del siglo XX
en distintos lugares del mundo: en Topeka (Kansas, USA) con el pastor metodista
Carlos Parham (1900) y en Noruega con el pastor Barrat (1906). Sin embargo,
la cuna del pentecostalismo internacional fue Los Ángeles (California,
USA), donde en la calle Azusa 132 durante tres años, empezando desde
el 1906, hubo oraciones diarias con profecía, curaciones y un abundante
uso del don de lenguas. De allá, poco a poco, el pentecostalismo
se fue extendiendo por todo el mundo.
Actualmente se considera que el 70% del protestantismo presente
en América Latina es de tipo pentecostal, por su gran capacidad de
adaptarse a las distintas situaciones. La alegría, la espontaneidad,
los cantos, la participación activa de todos, la fraternidad, la corresponsabilidad...
son razones poderosas que atraen a las masas hacia el pentecostalismo.
DOCTRINA
El pentecostalismo ha sido considerado como una «reforma
en la reforma protestante». El secreto de su éxito consiste
en haber sabido encontrar el verdadero lugar que le corresponde al Espíritu
Santo en la vida del cristiano y de la Iglesia.
A esto precisamente se debe su éxito misional: al hecho
de poner en primer lugar la acción del Espíritu Santo. Mientras
las iglesias históricas tenían como encerrado al Espíritu
Santo, los pentecostales lo soltaron completamente, tratando de revivir las
hazañas del «principio» y su fe ha sido premiada.
• En común con las iglesias históricas (Catolicismo, Ortodoxia,
Anglicanismo y Protestantismo histórico), creen en la Santísima
Trinidad; en la divinidad de Cristo, el único Salvador y Señor
de todos; en el pecado original; en la Redención por la Sangre de
Cristo; en el premio para los buenos y el castigo para los malos; en la segunda
venida de Cristo. De una manera especial insisten en el cambio de vida, exigida
a los «renacidos».
• En común con los protestantes, aceptan la Biblia como la única
regla infalible de la fe y la conducta; celebran la Santa Cena, como recuerdo
de la muerte del Señor; teóricamente aceptan la doctrina de
la justificación por la Fe, mientras en la práctica insisten
demasiado en la conversión y las buenas obras.
• En común con los bautistas realizan el bautismo por inmersión
solamente para los adultos.
• Como característica propia dan un énfasis especial al bautismo
en el Espíritu Santo, considerado como necesario para la plenitud
de la vida cristiana.
• Como el bautismo en agua ofrece un nuevo nacimiento, así la recepción
del Espíritu Santo lleva a la santificación plena. Su presencia
se manifiesta exteriormente por los carismas, entre los cuales destacan el
don de lenguas y el de curación mediante la oración, acompañada
por la imposición de manos.
• Para los pentecostales, los prodigios de Pentecostés tienen que
acompañar siempre la vida de la Iglesia.
• Son fundamentalistas. Insisten demasiado sobre el inminente fin del mundo
y la interpretación literal de la Biblia, hecha por el pastor.
• Por lo general, los pentecostales son anticatólicos. Sin embargo,
algunos grupos, poco a poco, se están abriendo al Espíritu
ecuménico, orando con los católicos.
• Mucho sentimentalismo y un exagerado recurso a «revelaciones personales»
para afirmar las propias opiniones (del pastor), consideradas como dogmas.
Autoritarismo excesivo de los pastores sobre los feligreses.
Muchas veces el don de lenguas no es auténtico. Se repiten
los mismos sonidos guturales que no se entienden. El día de Pentecostés
sucedió todo lo contrario: «Todos oían en su propio idioma»
(Hech 2,11).
He aquí lo que dice San Pablo con relación al
don de lenguas:
Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos
ustedes; pero cuando estoy en la asamblea prefiero decir cinco palabras mías
que se entiendan y enseñen a los demás, antes que hablar diez
mil palabras en lenguas (1Cor 14,18-19).
• También con relación al problema de la sanación
hay mucha exageración. A veces se trata sencillamente de un gancho
para atraer a la gente sencilla.
• En sus campañas se usa una fuerte dosis de sugestión
e hipnosis. A veces hay testimonios inflados y hasta falsos. No faltan paleros.
• En Jáltipan, Ver., un gran predicador afirmó: «Yo he
resucitado a 11 muertos y curado a millares de enfermos. «¿Y
qué pasó? Que su equipo de propaganda se accidentó:
los muertos fueron al panteón y los heridos al hospital. ¿Y
el famoso predicador? Siguió con sus cuentos, como si nada hubiese
pasado. En San José de Costa Rica me confió un taxista: «Un
día se acercaron algunos señores con unas sillas de rueda enrolladas.
Nos pidieron que los lleváramos a un cierto lugar. Apenas llegamos,
salieron de los taxis, abrieron las sillas, se sentaron en ellas en espera
que el predicador invitara a los enfermos a pasar adelante». Trucos
y trampas como siempre.
• Se llega al ridículo al decir: «Pon tu mano sobre el radio
o sobre el televisor y entrégate a Cristo o pide el milagro que necesitas».
• Y se concluye siempre de la misma manera: «Envía tu ofrenda
y Dios te bendecirá y recompensará con creces».
• Utilizan la oración con un sentido mágico, como si tuvieran
el poder de obligar a Dios a hacer tal o cual milagro: «Señor,
entra en este cuerpo y sánale».
• Contradicen la actitud de Cristo, llena de humildad y silencio. Ellos buscan
cualquier oportunidad para exhibirse.
Tú cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta
y reza a tu Padre que comparte tus secretos y tu Padre, que ve los secretos
te premiará (Mt 6,6).
Tú, en cambio, cuando das limosna, no debe saber tu mano
izquierda lo que hace tu derecha; cuida que tu limosna quede en secreto,
y tu Padre, que ve los secretos te premiará (Mt 6,3).
Jesús le dijo enseguida: «No lo digas a nadie,
sino ve a mostrarte al sacerdote y presenta la ofrenda ordenada por la Ley
de Moisés; así comprobarán lo sucedido» (Mt 8,4).
• Los pentecostales pregonan un mundo sin dolor, lo que es antibíblico.
En efecto, ¿qué contestó Jesús a
Pablo, cuando le pedía ser liberado del aguijón que lo atormentaba?
«Te basta mi gracia» (2Cor 12,9).
Es que «Dios prueba a quien ama» (Pro 3,12; Hech
12,5-11).
Un mundo sin dolor es contrario a la voluntad de Dios. También
en esto el discípulo tiene que imitar al maestro.
• Al mismo tiempo los pentecostales aseguran éxito y prosperidad a
los que se entregan a Cristo. En el fondo, están inventando una religión
a la medida del hombre, según sus deseos. Por eso sus éxitos
no convencen.
Escuchemos la Palabra de Jesús al respecto:
Luego llamó no solamente a sus discípulos, sino
a toda la gente, y les dijo: «Si alguno quiere seguirme, que se niegue
a sí mismo, tome su cruz y sígame. Pues quien quiera asegurar
su vida la perderá; y quien sacrifique su vida por mí y por
el Evangelio, se salvará (Mc 8,34-35).
Y veamos el ejemplo de Pablo.
Cinco veces los judíos me condenaron a los treinta y
nueve azotes, tres veces me apalearon, una vez fui apedreado, tres veces
naufragué y una vez pasé un día y una noche en alta
mar.
Tuve que viajar no sé cuántas veces con peligros
en los ríos, con peligros de bandidos, peligros de parte de mis compatriotas,
peligros de parte de los paganos, peligros en la ciudad, peligros en lugares
despoblados, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos. Trabajos
y fatigas, con noches sin dormir, con hambre y sed, en frecuentes ayunos,
con frío y sin abrigo (2Cor 11,24-27).
Castigo mi cuerpo y lo someto, no sea que, después de
predicar a los otros, venga a ser eliminado (1Cor 9,27).
Estoy crucificado con Cristo (Gál 2,19)
ORGANIZACIÓN
Cada pentecostal se siente destinatario de la Gran Misión de Cristo:
«Vayan por todo el mundo
y prediquen mi evangelio a toda creatura» (Mc 16,15).
Por lo tanto, cada pentecostal se siente comprometido con la
evangelización. Al contar con un cuartito y un pequeño aparato
de sonido, ya está pensando en fundar su propia Iglesia, en la cual
él y sólo él será el jefe indiscutible, dirigido
directamente por el Espíritu Santo. Y pronto se lanza a la conquista,
gritando por las calles y las plazas, molestando a la gente del vecindario,
y condenando a cualquiera que no pertenezca a «su» Iglesia, la
única que predica la verdad y lleva a la salvación.
¡Qué actitud tan diferente de la de Cristo, que
pasó «haciendo el bien» (Hech 10,38), sin gritos ni amenazas
de ninguna clase!
No clamará, no gritará ni alzará su voz
en las calles. No romperá la caña quebrada ni aplastará
la mecha que está por apagarse (Is 42,2-3).
Actualmente, sólo en los Estados Unidos habrá
alrededor de unos 25 mil grupos pentecostales independientes. Al mismo tiempo
se han ido creando organizaciones poderosas que cuentan con cierta cantidad
de miembros.
Entre éstas destacan: Las Asambleas de Dios, las Iglesias
de Dios, la Iglesia Unida de América, La Iglesia Apostólica
Mexicana, la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, la
Iglesia del Dios viviente, la Iglesia Triunfante, el Pilar de Fuego, la Iglesia
del Buen Pastor, Príncipe de Paz, etc.