LAS PROFECÍAS DE SAN MALAQUÍAS

¿Quién fue San Malaquías?

   San Malaquías fue un obispo irlandés, que nació el año 1094 y murió el año 1148. Fue considerado como un verdadero santo por toda la gente que lo conoció.


¿Es el autor de “Las profecías de San Malaquías»?

   Existen muchas dudas al respecto. En realidad, nadie oyó hablar de ellas antes de 1595, fecha en que por primera vez fue publicada la obra.


¿Quién, entonces, habrá escrito la obra?

   Un monje benedictino, llamado Arnold de Wyon, nacido en 1554 en la ciudad de Douai, norte de Francia. En 1595 editó un libro, titulado “Lignum Vitae» (Árbol de la  Vida), que presentaba una enumeración de los benedictinos que habían sido elevados a la dignidad episcopal. Hablando de San Malaquías, dice: “Escribió algunos opúsculos. Hasta hoy, no he tenido la oportunidad de ver ninguno, excepto una profecía relativa a los soberanos pontífices. Como es muy breve, y que yo sepa no ha sido impresa todavía, y dado que a muchos les complacería conocerla, paso a copiar aquí su texto».

   Siguen 111 párrafos o divisas, que van desde al papa Celestino II (1143-1144)  hasta un texto que anuncia el juicio final y el fin del mundo, siendo papa un tal Pedro el Romano, el 112° papa después de Celestino II. En esta lista  Juan Pablo II ocuparía el número 110°. Cada papa podía ser identificado por el lugar de nacimiento, el escudo de armas o el apellido de su familia.

   Los 74 primeros párrafos, hasta Urbano VII (1590), contaban con un breve comentario, hecho por un dominico español, Alphonsus Ciacconius.

   Algunos expertos lo consideran como el verdadero autor del fraude, que se había aprovechado de la buena fe de Arnold de Wyon, para darlo a conocer al gran público.


¿Cuál fue la razón del fraude?

   Influir en los cardenales para que eligieran, después de la muerte del papa Urbano VII, como próximo papa al cardenal Simoncelli, Obipo de Orvieto, designado en la lista con las palabras “De antiquitate urbis», de la ciudad antigua  (Orvieto = urbs vetus = ciudad antigua).

   De todos modos, aunque la maniobra fracasó (Simoncelli no fue elegido papa), cinco años después la lista de los futuros papas fue dada a conocer y poco a poco logró suscitar un enorme interés en toda Europa por cierto parecido que en muchos casos se encontraba entre el nuevo papa y la manera como era designado en la lista.

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(Samuel Miranda)