BEATO RAMÓN TEJADO LIBRADO
1936 d.C.
16 de agosto
Ramón Tejado Librado
nació en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) el 3 de mayo de
1915. Sus padres, Natalio y Joaquina, eran labradores muy pobres, pero que
no se eximían de socorrer a los necesitados. La madre era muy piadosa,
no así el padre y un hermano. Ramón oró mucho por ellos.
Cambiaron y murieron por la fe. No descolló Ramón en la escuela,
pero sí en la piedad. Fue acólito y cantor en su parroquia.
Frecuentaba el convento franciscano de su pueblo y se entusiasmaba con los
mártires del Japón. Su padre no quería darle la autorización
para ingresar en los franciscanos; Ramón, tímido, no lo fue
en esto y se presentó en el seminario de su pueblo en agosto de 1926.
Un religioso lo devolvió a su casa. Obtenida la licencia paterna,
entró en el seminario.
Cursó en Alcázar dos años de humanidades
y otros dos en La Puebla de Montalbán (Toledo). Vistió el hábito
franciscano el 1 de septiembre de 1930 en Arenas de San Pedro (Ávila).
En mayo de 1931, tras la quema de conventos, su padre le sacó del
noviciado, pero la insistencia de Ramón logró que a los quince
días lo llevase de nuevo. Profesó de votos temporales el 2
de septiembre de 1931. Por tres años cursó la filosofía
en Pastrana (Guadalajara). De 1934 a 1936 estudió dos años
de teología en Consuegra (Toledo). No llegó a emitir la profesión
solemne por estar sujeto al servicio militar.
Ramón Tejado no era brillante en los estudios, pero poseía
una buena voluntad admirable para lograr lo que podía. Resaltaba su
piedad, su sencillez, su docilidad y su humildad para reconocer y alabar
las cualidades de sus compañeros. Era aficionado a la música,
para la que tenía aptitudes, y a la literatura. Escribió algunos
sencillos poemas de temas religiosos, por donde rezumaba su fervor y su entusiasmo
por la vocación. Este entusiasmo quedó patente en sus cartas
y en sus hechos. Además de lo dicho al hablar del noviciado, en julio
de 1936 sus familiares quisieron ponerle a salvo llevándoselo a su
casa o a la de unos amigos, pero él lo rechazó diciendo que
quería correr la misma suerte que sus hermanos de religión
y que estaba dispuesto a morir por Cristo, como así lo hizo el 16
de agosto de ese mismo año.