RAFAEL SANZIO
La disputa del Sacramento
La disputa del Sacramento
Rafael Sanzio, 1509
Pintura al fresco • Renacimiento
500 cm × 770 cm
Museos Vaticanos, Roma, Ciudad del Vaticano
La disputa del Sacramento
es una pintura del artista Rafael Sanzio (1483-1520). Fue pintada en 1509,
siendo el primero de los frescos con los que decoró las habitaciones
que hoy en día son conocidas como las estancias de Rafael, ubicadas
en el Vaticano y que forman parte de los Museos Vaticanos. La Sala de la
Signatura (Stanza della Segnatura) fue la primera en ser decorada, y La disputa
del Sacramento la primera pintura en ser finalizada. La anchura en la base
del fresco es de 770 cm. Representa la Teología, a través de
una escena sobre la Gloria de la Eucaristía.
Es el pintor Giorgio Vasari el que da este nombre a la obra,
un poco impropiamente, dado que parece aludir a un conflicto teológico,
es decir, un intenso debate, que podría darse en el registro inferior,
pero en cambio el registro superior funciona más como una glorificación
de la Iglesia celestial triunfante. El título de la obra bien habría
podido ser El triunfo de la Iglesia. El término "disputa", en el italiano
de la época, se entendía como "discusión": no tiene
por ello significado de divergencia y enfrentamiento entre las personas que
discuten.
El fresco pretende representar en pintura lo que se podría
llamar la Verdad teológica, frente a la Verdad filosófica que
personifica el fresco de la Escuela de Atenas que queda enfrente. En la tradición
cristiana esta verdad teológica se personifica en la eucaristía,
gesto de acción de gracias que Jesucristo lega a sus discípulos
en su memoria, poco tiempo antes de su pasión. Por lo tanto, todo
el servicio de la Iglesia de Cristo sobre tierra gira en torno a este acto
supremo, como medio de redención y también de relación
con un ser divino que incluye a la Trinidad, a las potencias celestiales
y a los santos en todas las épocas. Es pues esta realidad teológica
compleja la que Rafael pretende representar en este fresco que debe ser,
dado que se destina a la oficina y a la biblioteca del papa Julio II, un
apoyo a la contemplación del misterio de la Iglesia sobre tierra y
en los cielos.