SAN AGRICIO DE TREVERIS
335 d.C.
13 de enero
La vida de San Agrecio (o Agricio) ha adquirido particular
interés en estos últimos años, debido a las discusiones
sobre la autenticidad de la "Santa Túnica de Tréveris". Según
la vida del santo (se trata de un documento ciertamente no anterior al siglo
XI y considerado por los críticos como obra depura imaginación),
Aprecio fue primero, Patriarca de Antioquía; después, el Papa
San Silvestre, a instancias de la Emperatriz Elena, madre de Constantino,
le nombró obispo de Tréveris. Esa región de Alemania,
que había sido evangelizada casi dos siglos antes, volvió a
caer prácticamente en el paganismo.
San Aprecio se dedicó a construir allí iglesias
y a establecer relaciones más estrechas con el centro de la cristiandad.
Santa Elena le animó en esta tarea y le envió una parte de las
preciosas reliquias descubiertas por ella en Tierra Santa. Así llegaron
a Tréveris uno de los clavos de la cruz, el cuchillo de la Última
Cena, los cuerpos de los santos Lázaro y Marta, y lo que pasaba por
ser la túnica inconsútil del Señor. Pero el carácter
poco fidedigno de la biografía de San Agrecio, que narra esto, no
es un argumento en favor de la autenticidad de los hechos.
Por otra parte, la placa de marfil de origen bizantino, que algunos
interpretan como una representación de los santos Silvestre y Agrecio
transportando en un carro las reliquias a Tréveris, se refiere probablemente
a otra translación de reliquias a Constantinopla, bajo el emperador
León I (457-474). Se afirma también que San Silvestre concedió
a Tréveris, en la persona de San Agrecio, la primacía sobre
todos los obispos de la Galia y Germania. Dejando aparte estas ficciones,
los únicos datos ciertos que poseemos sobre San Agrecio son que asistió
como obispo de Tréveris al Concilio de Arlés, en 314, y que
fue sucedido por San Maximino.
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(Samuel Miranda)